Llevaba 60 minutos de su tensa comparecencia del viernes ante una sala abarrotada de medios nacionales e internacionales, dando detalles espeluznantes de cómo tres narcotraficantes detenidos declararon haber quemado por 14 horas los cuerpos de los chicos. Entonces Murillo Karam decidió que era hora de acabar.
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“Ya me cansé”, dijo el viernes el agotado funcionario de 66 años, con grandes bolsas bajo los ojos, levantando las cejas y mirando de lado al responsable de prensa que anunciaba la última pregunta prevista.
Aunque finalmente la contestó, la frase del fiscal causó una indignación generalizada entre quienes siguen escandalizados por este brutal crimen, que Human Rights Watch tiene entre los más graves de la historia reciente de América Latina.
“Ya me cansé de que en México todos los días sean de muertos y desaparecidos”, “Ya me cansé de la injusticia”, “Ya me cansé de tanta impunidad”, “Ya me cansé de un gobierno corrupto y descarado”, “Ya me cansé del miedo”… fueron mensajes que empezaron a reproducirse en las redes sociales.
El agotamiento de los mexicanos ante años de violencia e impunidad recrudecidos desde el inicio del combate militar antidrogas lanzado en 2006 acabaron encontrando en la frase de Murillo Karam un paradójico resumen del sentir nacional.
#YaMeCansé se convirtió rápidamente en ‘trending topic’ número 1 en México y una de las cinco etiquetas más usadas en todo el mundo en Twitter.
En la noche, unas 300 personas se reunieron para protestar frente a la sede de la Fiscalía general, en el emblemático Paseo de la Reforma capitalino, en cuya entrada pintaron con letras blancas: #YaMeCanse DelMiedo.
El arrollador éxito de la frase, con la que se quiere denunciar la actitud del gobierno mexicano ante este terrible crimen, hizo también que algunas personas se tomaran sus reservas.
“Algunos ya perdieron el foco: están más preocupados por el ‘ya me cansé’ de Murillo que por la masacre y lo que ésta revela sobre el país”, advertía el director del diario Excelsior, Pascal Beltrán del Río.
Si “Vivos se los llevaron, vivos los queremos” ha sido el tradicional e infatigable grito en todas las marchas de desaparecidos, incluidas las de este caso, la nueva ola de protestas por los 43 estudiantes desaparecidos tiene ya un lema propio.