El astro, que alcanzó su perigeo, el punto más cercano a la Tierra, a las 11H22 GMT y estuvo en fase de plenilunio a las 13H52 GMT, debería poder verse en todo el mundo al anochecer.
Pero el espectáculo depende en gran medida del tiempo, ya que se necesita un cielo despejado para poder observar el fenómeno en toda su plenitud.
Alrededor de la Acrópolis, cientos de griegos y de turistas pudieron disfrutar de la superluna. Las pocas nubes que cubrían el cielo se fueron disipando y el astro apareció entre las columnas del monumento antes de alumbrar toda la colina, comprobó un fotógrafo de la AFP.
Unos 2.000 kilómetros más al norte, Roman Kwiatkowski, psicoterapeuta de Cracovia, miraba el cielo desde su terraza. “La luna parece más dorada que de costumbre, no tiene su frío color plateado de siempre”, dijo a la AFP.
Casi en el mismo meridiano, pero en África, decenas de personas se reunieron en la playa Coco Beach de Dar es-Salam, capital económica de Tanzania, para admirar el espectáculo.
Varsovia, Londres o Berlín tuvieron menos suerte. En la capital inglesa, las nubes ni siquiera permitían distinguir la cima del Shard, el rascacielos más alto de Europa con sus 309 metros.
En Lisboa, sin embargo, muchos habitantes se congregaron a orillas del Tajo para asistir a la lenta aparición de la luna sobre el puente Vasco da Gama, en un cielo despejado.
“No podía perderme esto. Es la primera vez que fotografío una superluna. Es fantástico. Me voy a quedar hasta que su tamaño disminuya”, aseguró un fotógrafo aficionado a la televisión portuguesa.
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Horas antes, gritos de alegría y aplausos estallaron en una pequeña playa situada al este de Sídney, donde se habían congregado miles de personas, cuando la Luna se hizo ver brevemente entre dos espesas nubes grises.
“Es estupendo”, dijo a la AFP Aidan Millar-Powell en medio de un ambiente de fiesta. “La gente quiere ver esto porque sucede una vez cada 100 años. No quieren morir sin poder decir 'vi la superluna'”, agregó.
Más luminosidad
En Hong Kong, centenares de personas se congregaron en la costa para ver surgir la Luna detrás de los rascacielos de la ciudad.
“Nunca vi una Luna tan grande”, dijo a la AFP Lee Pak-kan. “La luna es bastante anaranjada, es algo especial”, agregó este habitante de Hong Kong.
En Japón el espectáculo era visible en algunas partes del archipiélago, pero no en Tokio, donde el cielo estaba nublado.
“Una superluna puede ser hasta un 14% más grande y un 30% más luminosa que una Luna llena en su apogeo”, es decir el punto de su órbita más separado de la Tierra, según la Nasa.
Las playas de Bali, la isla más turística de Indonesia, también se llenaba de gente y centenares de surfistas esperaban superolas en el momento de la superluna, debido a la influencia del astro en las mareas.
En India, el fenómeno era también visible en casi todo el país, aunque en Nueva Delhi, la capital más contaminada del mundo, los habitantes tuvieron que perseverar para conseguir vislumbrarla en medio de una espesa niebla que cubre la ciudad desde hace varias semanas.
Los astrónomos informaban a los curiosos para explicarles este fenómeno excepcional.
El lunes la Luna estará a “sólo” 356.509 km de la Tierra (la distancia promedio es de 384.400 km).
“Hay que remontarse al 26 de enero de 1948 para tener una superluna cuya distancia respecto a la Tierra sea inferior”, explica Pascal Descamps, del Observatorio de París.
Y habrá que esperar al 25 de noviembre de 2034 para que la Luna se acerque más a nosotros, explica.
Además, “como el sistema Tierra/Luna se acerca al momento del año en el que está más cerca del Sol (el 4 de enero de 2017), la Luna recibirá más luz del Sol que de costumbre, lo que también aumentará su aparente luminosidad”, explica la Asociación Astronómica Irlandesa (IAA).
El fenómeno se puede observar a simple vista, pero con prismáticos o un telescopio se podrá escrutar como nunca la superficie lunar.
En algunos países, como Tailandia, las autoridades pusieron telescopios a disposición del público en varias ciudades.
En Taiwán, el Museo Astronómico de Taipéi, instaló varios telescopios en el centro de la ciudad. Muchos aficionados a la observación espacial se dieron cita en la cumbre de la Torre 101, uno de los rascacielos más altos del mundo.