Los catalanes, ostentando sus colores regionales, rojo y amarillo, completaban el grueso de las tropas, gritando “independencia”.
Marta Giralt, una traductora de 38 años, viajó desde Barcelona “para defender el derecho a votar de los catalanes” durante el referendo anunciado para noviembre por el presidente catalán, Artur Mas, pero declarado ilegal por el Gobierno central.
“Nosotros queremos que nos escuchen, y extender nuestro movimiento”, declaró.