“Los cortes de electricidad permanentes jugaron un papel: los tubos utilizados para insuflar oxígeno no funcionaban correctamente“, añadió el doctor Al Bawab.
Cuando los doctores de Gaza retiraron el lunes delicadamente el minúsculo cuerpo de Shaima del vientre de su madre, ésta ya había muerto desde hacía una hora, atrapada bajo los escombros de su casa bombardeada por el ejército israelí en Gaza.
La joven embarazada quedó atrapada durante una hora antes de la llegada de los servicios de socorro, que la sacaron, así como a su marido, un periodista de la radio gravemente herido en el bombardeo.
La bebé llevaba el nombre de su madre, Shaima al Sheikh Qanan, quien tenía 23 años de edad.
“Dios proteja esta niña para mí“, había dicho la abuela, Mirfat Qanan, de 43 años.
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