Djerassi, un profesor emérito de Química en Stanford, fue más famoso por liderar junto al químico mexicano Luis Ernesto Miramontes un equipo de investigadores en la Ciudad de México que en 1951 desarrolló la noretindrona, una molécula sintética que se convirtió en un componente clave de la primera píldora anticonceptiva.
“La píldora”, como llegó a conocerse, transformó radicalmente las prácticas sexuales y las vidas de las mujeres.
La píldora dio a la mujer más control sobre su fertilidad que el que haya tenido antes y puso a los médicos permanentemente en el panorama del control natal, pese a que anteriormente no aceptaban los anticonceptivos como parte de su labor.
En su libro “This Man’s Pill”, Djerassi afirma que la invención de la píldora cambió su vida al hacerlo interesarse más en la manera en que la ciencia afecta a la sociedad.
En 1969, publicó un artículo sobre política pública respecto a las implicaciones mundiales de la investigación anticonceptiva que se llevaba a cabo en Estados Unidos, de acuerdo con el Servicio de Noticias de Stanford. Y en 1970, publicó otro artículo sobre la posibilidad de una píldora anticonceptiva para los hombres.
Posteriormente, Djerassi, un austriaco que llegó a Estados Unidos en 1939 con su madre, escribió poemas, relatos y obras de teatro.
“Carl Djerassi es probablemente el máximo químico que nuestro departamento haya tenido”, declaró Richard N. Zare, profesor en Ciencias Naturales en Stanford, en un obituario publicado por la universidad.
“No conozco a otra persona en el mundo que combinara el dominio de la ciencia con el talento literario como Carl Djerassi”.
A Djerassi le sobreviven un hijo, Dale Djerassi; una hijastra, Leah Middlebrook; y un nieto, Alexander M. Djerassi.