“Gran parte del cuero del mundo proviene de China, donde no hay leyes que castiguen el abuso contra animales sacrificados por su piel“, advierte la organización, que afirma que tras su estudio “la gente debe pensárselo dos veces antes de volver a comprar algo con cuero“.
El estudio, en el que se ha empleado un año, se ha realizado mediante visitas a tres mataderos y seis fábricas de China, que según PETA producen también objetos que después se exportan a otros mercados, aunque el informe declinó dar nombres concretos.
El cuero obtenido de los perros es más grueso y de peor calidad que el procedente del ganado vacuno u ovino, por lo que suele venderse más barato.
En los últimos años, en China ha crecido la concienciación contra el maltrato a los animales, con especial sensibilidad hacia los perros, que también son en ocasiones consumidos en restaurantes, aunque muchos de ellos están circunscritos a regiones aislados del país, como el sur del país o zonas habitadas por la etnia coreana.
En este proceso de concienciación se han producido “liberaciones” de cientos de perros que eran llevados a mataderos para usar su carne o su piel, y también ha habido muchas voces que han pedido el cierre del famoso Festival de la Carne de Perro de Yulin, en el sur del país.