Durante todo ese tiempo Verónica Aguilar, la madre del pequeño, engañó a su esposo José Pinzón (padrastro de Yonatan), con la historia de que el niño se encontraba en una escuela especial para niños autistas en México.
Los únicos que sabían que en realidad lo tenía en el armario eran los otros tres hijos de la pareja a quienes, asegura Los Ángeles Times, había amenazado para que no contaran nada.
Se cree que el menor falleció a causa de los excesivos sedantes que la madre le proporcionaba para mantenerlo calmado.
El martirio de Yonatan terminó el 22 de agosto cuando fue encontrado por la Policía, tras la denuncia recibida por Pinzón.
Ese día, Aguilar dijo al padrastro del niño que este había muerto, él supuso que viajaría a México para participar en el funeral, no obstante lo condujo hasta el clóset y al abrir la puerta descubrió la terrible escena. De inmediato el hombre salió corriendo hacia un comercial cercano y avisó a la Policía.
Los otros tres hijos de la pareja afirmaron que no dijeron nada al padre porque “siempre estaba en el trabajo”.
Las autoridades ya habían hecho investigaciones sobre abusos previos de Aguilar, la última fue en 2012 después que el niño llegó a la escuela con ojo morado y al llegar parecía tener mucha hambre.
Posteriormente la mujer informó que el terapeuta de Yonatan lo había llevado a México, en verdad lo había encerrado en el closet.
En su primera comparecencia judicial Aguilar se declaró inocente.
Se le impuso una fianza de US$2 millones y de ser hallada culpable enfrentará una pena que podría ser de 15 años de prisión hasta la cadena perpetua.