A bordo del Balmoral, un crucero que transporta a mil 309 nostálgicos como también a descendientes de las víctimas del Titanic en la misma ruta, pasajeros y tripulantes participarán en dos servicios conmemorativos en el lugar del desastre, a 640 kilómetros de las costas de Terranova, uno en el momento del choque y otro en el momento en que se hundió completamente.
Un ministro religioso conducirá las plegarias, se arrojarán coronas fúnebres al mar y una banda musical, que entretiene al pasaje en el crucero, ejecutará la misma canción que tocaba la orquesta del Titanic mientras el barco iba hundiéndose inexorablemente.
El crucero se propone recrear la experiencia a bordo del Titanic, con la lógica excepción del desastre. Muchos pasajeros llevan trajes y vestidos de época para participar en bailes y en una cena formal que recreará la última cena del barco condenado.
Otro crucero, Journey, zarpó de Nueva York el martes y se unirá al Balmoral en el lugar.
En Belfast, Irlanda del Norte, donde fue construido el Titanic —orgullo del astillero Harland & Wolff—, millares de personas asistirán a un réquiem en la catedral anglicana de St. Anne y a un concierto televisado a nivel nacional en el embarcadero de la ciudad el sábado.
En el concierto participarán Bryan Ferry y Joss Stone, como también cien percusionistas para ejecutar una nueva pieza, “Tambores del Titanic” . Algunos actores, entre ellos Kenneth Branagh, Simon Callow e Imelda Stanton, leerán versiones del desastre de la época.
En la catedral se ejecutará “El réquiem para las almas perdidas del Titanic”, de Philip Hammond, seguido de una procesión con antorchas hasta el monumento conmemorativo del Titanic en predios de la alcaldía de Belfast.
Se han organizado otros actos durante el fin de semana desde Houston hasta Halifax, Canadá, donde están enterradas más de cien de las víctimas de la tragedia.