El objetivo principal es que los nuevos edificios mantengan mejor las temperaturas interiores mediante puertas y ventanas más resistentes al viento, que exista iluminación de emergencia en las escaleras y los recibidores, así como reservas de agua y generadores de electricidad supletorios ante posibles cortes de suministro.
“Las recomendaciones específicas crean maneras importantes para que cada edificio en la ciudad sea más seguro de cara a futuras tormentas”, explicó Bloomberg en una rueda de prensa en el edificio CityLights de Long Island City, en Nueva York.
Bloomberg y Quinn aseguraron, asimismo, que su equipo de trabajo está estudiando las medidas para edificios ya construidos y la posibilidad de convertir esas recomendaciones en futuras normativas urbanísticas.
“Fortalecer la infraestructura de nuestra ciudad hoy salvará vidas y miles de millones en el futuro”, concluyó Quinn.