El objetivo del plan es que en 2020 el número de nuevos infectados por el VIH al año se haya reducido a 750, frente a los 3 mil actuales.
Esa reducción permitiría al estado dejar el número de nuevos casos de VIH por debajo del número anual de muertes vinculadas al sida y dar por terminada la epidemia, explicó el gobernador.
Para ello, Nueva York pondrá en marcha un plan centrado en tres ejes: identificar a los portadores del virus que no han sido diagnosticados y darles acceso a tratamientos, garantizar que todos los infectados son tratados y ofrecer profilaxis preexposición para prevenir la infección en personas de alto riesgo.
En la última década, Nueva York ha logrado reducir en un 40% el número de nuevos casos de VIH y se ha bajado la mortalidad mediante tratamientos.