“Dicen que su prioridad es intentar tratar seriamente el déficit, pero la manera en que se comportan parece demostrar que su única prioridad es lograr que las ventajas fiscales de los estadounidense más ricos sean protegidas”, afirmó durante la entrevista, que fue grabada el sábado último.
Con el reloj marcando cada vez más cerca de la bomba que representa Año Nuevo, el Senado y la Cámara de Representantes, repentinamente alarmados, mantenían sesiones especiales pocas horas antes del plazo para aprobar un plan que evitaría el “precipicio fiscal” en Estados Unidos.
“Mientras que el presidente registraba estas declaraciones de discordia, el senador (Mitch) McConnell estaba trabajando para reunir a los republicanos y los demócratas en torno a una solución”, señaló Don Stewart, portavoz del líder de la minoría republicana en el Senado.
Los expertos están de acuerdo en que los US$500 millones de alza de impuestos a partir del 1 de enero ahogarían la recuperación de la economía estadounidense y harían que el país entre de nuevo en recesión, desperdigando malas noticias también para la economía mundial.
Asesores de los líderes de ambos partidos en el Senado, controlado por los demócratas, trabajaron febrilmente el sábado a puertas cerradas para diseñar un plan que fuera aceptable tanto para el Partido Demócrata como para los republicanos, mayoría en la Cámara de Representantes.