Desde la caída en el 2011 del régimen de Muamar al Gadafi, propiciada por una operación militar en la que participaron países como Francia, Estados Unidos y Gran Bretaña, Libia está sumida en el caos.
En este contexto, esta excolonia italiana se convierte “claramente en un polo de atracción a medida que se complica el acceso a Siria” , afirmó una fuente gubernamental francesa.
Los aspirantes a yihadistas europeos que hasta ahora sólo se interesaban por Siria comienzan a preferir Libia. Dos franceses, de 19 y 20 años, fueron detenidos en el sur de Túnez cuando intentaban llegar al país.
De hecho en Túnez se multiplican los atentados reivindicados por el EI y cometidos por jóvenes formados en campamentos de entrenamiento libios.
“Es ese país más amenazado. Los terroristas no soportan la idea de que a unas decenas de kilómetros haya una democracia que funcione” , estima Kader Abderrahim, experto en el Magreb y el islamismo del Instituto de Relaciones Internacionales y Estratégicas (IRIS) en París.
En el sur de Libia, el EI “provoca tensiones” entre tubúes y tuaregs, dos pueblos cuyas rivalidades son un “polvorín” que podría desestabilizar a Chad y Sudán, añade el investigador.
Sin acuerdo no hay ayuda militar
Europa está preocupada por la posible llegada de numerosos refugiados de Libia, que lleva aparejada un temor por la seguridad. El EI podría aprovechar para “desembarcar a yihadistas en Lampedusa” , una isla italiana que dista apenas 300 kilómetros de las costas libias, explica un ministro europeo.
En el terreno, las facciones libias que podrían declarar la guerra al EI están ocupadas en disputarse el control de ese país.
La comunidad internacional intenta conseguir en vano un acuerdo interlibio para formar un único gobierno. Actualmente hay dos parlamentos: uno en Trípoli controlado por los islamistas de Fajr Libya y otro en Tobruk, reconocido por la comunidad internacional y respaldado por combatientes.
Sin este acuerdo, “será la victoria de Dáesh (acrónimo del EI en árabe) en Libia” , advirtió el ministro de Defensa francés Jean-Yves Le Drian, uno de los primeros en haber dado la voz de alarma.
Sin embargo, ningún país occidental parece tener prisa en intervenir militarmente en Libia, tras el precedente de 2011.
“Si se llega a un acuerdo en Libia, entonces les brindaremos apoyo en materia de seguridad” , admite una fuente gubernamental francesa.
Bombardeos selectivos
Concretamente, los europeos podrían emprender una “caza” a los traficantes de personas en aguas territoriales libias y atacar bastiones yihadistas, sobre todo en el sur de Libia.
Estados Unidos ya pasó a la acción de forma puntual. El 13 de noviembre, bombardeó al EI en Libia y afirma haber matado a su jefe local, el iraquí Abu Nabil.
“Sin embargo no tiene ganas de involucrarse antes de las elecciones presidenciales (de finales del 2016). Con Hillary Clinton en la carrera, la Casa Blanca hará cuanto pueda por evitar que este país acapare la actualidad” , afirma Geoff Parter, jefe de la compañía de asesoramiento estadounidense North Africa Risk Consulting.
El asesinato del embajador estadounidense en septiembre del 2012 en Bengasi (este de Libia) es una piedra en el zapato para la exsecretaria de Estado demócrata y motivo de ataque contra ella por parte de sus adversarios republicanos.
Actualmente, franceses, italianos y estadounidenses intentan ejercer presión sobre distintos grupos libios no yihadistas en busca de un acuerdo político; el 13 de diciembre se celebrará en Roma una conferencia internacional sobre este tema.