Pedro Kuczynski, presidente peruano, exigió a altos mandos del Ejército investigar los hechos, ya que las maniobras de entrenamiento no estaban autorizadas.
De hecho, la playa Marbella, donde ocurrió la tragedia, es una zona no autorizada para el nado, por su intempestivo oleaje y la abundancia de rocas filosas.
Cuatro militares perdieron la vida, cuyas edades eran de entre 18 y 21 años, y tenían un año de haberse enlistado. Otros nueve quedaron heridos por las rocas al intentar salvar a sus compañeros.
La escena recuerda la tragedia ocurrida en Sucre, Bolivia, hace algunos años, cuando cadetes se ahogaron al intentar rescatar un vehículo de la fuerza de una corriente.