El sábado recién pasado, Bangkok fue el escenario de balaceras en la calle entre partidarios y detractores del gobierno, en los que varias personas resultaron heridas. Las imágenes de los disparos y las explosiones disuadieron a muchos tailandeses de ir a votar.
A pesar de los disturbios los colegios electorales abrieron a las 08.00 horas (01.00 horas GMT) y cerraron a las 15.00 horas (08.00 horas GMT), como estaba previsto. La primera ministra Yingluck Shinawatra fue de las primeras en votar en un colegio de su barrio, bajo estricta vigilancia policial.
A pesar de las manifestaciones multitudinarias de los últimos tres meses, Shinawatra rechazó dimitir, y propuso estas elecciones como una manera de salir de la crisis, aunque la oposición las boicoteó.
En 127 de las 375 circunscripciones del país los manifestantes impidieron total o parcialmente que se llevara a cabo la votación, indicó la comisión electoral. En Bangkok, 488 de los 6.673 colegios electorales no pudieron abrir o cerraron antes de tiempo por el bloqueo de los manifestantes o la ausencia de personal.
En el sur del país, feudo de la oposición, “papeletas y urnas han sido bloqueadas”, indicó a la AFP la comisión electoral. En un incidente separado, tres soldados y un funcionario murieron en una emboscada en el distrito Khok Pho, en un ataque atribuido a la rebelión separatista que actúa desde 2004 en la zona.
Los opositores a Shinawatra, una alianza de ultramonárquicos y de detractores de lo que consideran el “clan Shinawatra”, concentran su rechazo hacia Thaksin Shinawatra, la figura que divide el país. El ex primer ministro fue derrocado en 2006 por un golpe de Estado, pero continúa gobernando a través de su hermana, según sus detractores.
“Consejo del pueblo” contra elecciones
La oposición pide que el gobierno sea remplazado por un “consejo del pueblo” no electo y quiere que las elecciones se celebren dentro de un año porque los comicios de este domingo sólo sirven, según los opositores, para prorrogar el control del poder por parte del partido Puea Thai.
Según los analistas, las elecciones no servirán para colmar la profunda brecha en la sociedad tailandesa entre partidarios y detractores de Thaksin, que desde 2006 ha provocado enfrentamientos violentos en el país. En el 2010, el movimiento de los “camisas rojas” favorables a Thaksin fue reprimido por el Ejército y murieron más de 90 personas.
En los últimos meses, 10 personas murieron y hubo cientos de heridos en tiroteos o enfrentamientos con la Policía. En Bangkok, donde se declaró el estado de emergencia, miles de opositores salen regularmente a las calles.
A pesar de las protestas, el partido Puea Thai en el poder es el favorito para ganar las elecciones mientras que el principal partido de oposición, el Partido Demócrata, boicoteó los comicios.
Incluso en caso de victoria del Puea Thai no se alcanzará la mayoría de 95% de los diputados para gobernar, con lo que el gobierno sólo podrá seguir gestionando el día a día. El domingo sólo se conocerán resultados parciales, advirtió la comisión electoral.
La crisis coincide con la preocupación sobre el estado de salud del rey Bhumibol Adulyadej, de 86 años, en el trono desde hace 60. Los observadores creen que si no se llega a un acuerdo entre los dos campos rivales hay la posibilidad de un golpe de Estado.