“Elegí este nombre con todo mi corazón y nunca lo cambiaré”, aseguró su madre, Sultan Muslim, quien vive con sus siete hijos en un campo de tiendas alrededor de la fronteriza ciudad turca de Suru.
Obama “nos envió aviones y provisiones. Gracias a esta ayuda, podremos liberarnos de toda esta crueldad y volver a nuestras casas”, continuó esta mujer de 35 años, refugiada desde hace un mes en territorio turco.
Desde hace varias semanas, la coalición internacional, encabezada por Estados Unidos, multiplicó sus bombardeos contra las posiciones del grupo yihadista Estado Islámico (EI), que asedia Kobane, tercera ciudad kurda de Siria. Washington también entregó armas y municiones a los combatientes kurdosirios.
Los refugiados sirios, que observan desde la frontera turca el desarrollo de la batalla de Kobane, aclaman con frecuencia al presidente estadounidense. “Todo el mundo debería ayudar a los kurdos en Kobane, como los estadounidenses”, declaró uno de ellos, Selami Altay.