El escándalo ha ido engordando desde hace unas semanas y ya afecta a un quinto de toda la fuerza encargada de estar en alerta permanente ante una eventual respuesta nuclear por parte de Estados Unidos.
James aseguró que la situación es “inaceptable”, aunque el Pentágono está seguro de que el arsenal de misiles nucleares de Estados Unidos no ha perdido capacidad de respuesta y seguridad.
“Es un problema de integridad, pero no de la misión en sí”, aseguró James, que visitó recientemente las unidades afectadas por la violación de las normas de formación.
El Departamento de Defensa ha realizado los exámenes de nuevo al resto de militares de la Fuerza Aérea encargados de los misiles nucleares que no habían copiado ni tenían conocimiento del engaño y la práctica totalidad de ellos superó las pruebas.
Los oficiales afectados pertenecen al Ala de Misiles de la base área de Malmstrom, en Montana, que supuestamente se pasaban las respuestas de los exámenes por mensajes de texto, no para aprobar, sino para intentar alcanzar un 100 % de respuestas correctas.
El escándalo se destapó durante una investigación previa sobre una decena de oficiales que eran investigados por posesión de drogas.
En la base aérea de Malmstrom descansan en silos 150 misiles intercontinentales nucleares, armados y listos para lanzar, del tipo Minuteman 3, un tercio de todo el arsenal intercontinental de Estados Unidos.
En las otras dos bases con misiles nucleares, la de F.E. Warren (Wyoming) y Minot (Dakota del Norte), no se han registrado comportamientos similares.