No obstante, un juez ordenó tomarle una muestra en forma compulsiva, según fuentes de la investigación.
El joven confesó a su padre y su hermana haber asesinado a la estudiante chilena Nicole Sessarego Borquéz, de 21 años, hallada el 15 de julio con 11 puñaladas y sus pertenencias intactas en la entrada del edificio donde vivía en Almagro, un barrio de clase media porteño.
La víctima se encontraba por unos meses en Buenos Aires como parte de un intercambio universitario.
El padre, un empleado de maestranza, decidió entregarlo a la justicia.
El joven trabaja en una empresa de limpieza ubicada a unas 20 cuadras del lugar donde se cometió el asesinato.
La fiscalía difundió un video tomado por cámaras de seguridad en la calle donde se la ve a Nicole regresando sola a su casa de madrugada y a un joven que camina detrás de ella a una cierta distancia.
El video, difundido profusamente por los canales de televisión el fin de semana, fue visto por la hermana del sospechoso que lo reconoció, le contó a su padre y ambos lo interpelaron sobre el hecho.
El joven se quebró y admitió ante ellos ser el autor del crimen, dijeron fuentes del caso.
“Es un hecho criminal muy complejo porque la víctima acostumbraba a relacionarse por internet de forma muy circunstancial y no identificaba a sus relaciones más que por apodos“, explicó Luis Zelaya, el juez del caso al canal C5N.
El magistrado admitió que “aún no ha determinado un móvil concreto (para el crimen) y se especula que pudieran conocerse a través de Twitter o Facebook, un mundo difícil de descifrar“.
El juez precisó que ningún amigo de Nicole reconoció al sospechoso en las imagenes de video “donde se lo ve acechando a la víctima“.