El grupo, de unas 200 personas, quería llegar hasta el estadio Mineiro donde se jugaba el partido, pero la policía lo impidió. No se registraron enfrentamientos.
En Fortaleza, capital de Ceará (noreste) , donde Uruguay fue derrotado 3-1 por Costa Rica, un centenar de manifestantes se aproximó al estadio Castelo, en una protesta que terminó sin enfrentamientos con la Policía pero con tres detenidos, según el portal de noticias G1.
La policía de ambas ciudades no respondió los llamados y correos electrónicos de la AFP para confirmar la información.
En la famosa playa de Copacabana, en Río de Janeiro, en tanto, los argentinos montaron una verdadera fiesta un día antes del estreno de su selección ante Bosnia Herzegovina en el estadio Maracaná, consignó G1.
La euforia de los hinchas albicelestes provocó una interrupción del tráfico en la Avenida Atlántica que corre junto al mar en este barrio de la zona sur de Río, hasta que la multitud fue dispersada con gas pimienta.
Según G1, eran unos mil 500 hinchas; según la prensa argentina, eran muchos más los que se reunieron en Copacabana para homenajear a su selección antes del debut en el Mundial.
La fiesta de los argentinos en Copacabana recibió hasta la “bendición” de un hombre que se paseaba en un vehículo caracterizado como… el papa argentino Francisco, un apasionado del fútbol.
El falso Papa saludaba desde su carro con una réplica del trofeo del Mundial en las manos.
Brasileños y argentinos son eternos rivales en el fútbol, y enardecidos, los argentinos provocaban a sus vecinos al grito de “¡Maradona es mejor que Pelé!” .
Una histórica revuelta social tuvo lugar en junio del año pasado contra la corrupción de la clase política brasileña y los 11.000 millones de dólares de recursos públicos que costó organizar el Mundial, cuando el país tiene servicios públicos deficientes que requieren inversiones.
Las protestas han continuado desde entonces pero son mucho menores, aunque a veces más violentas y radicales.