Desde enero del 2013 se han presentado al menos doce casos de desmembración de personas, cuyos restos han aparecido en el mar, y la semana pasada las autoridades encontraron cuatro de las casas donde las bandas cometían estos crímenes.
Tras el hallazgo, el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, ordenó una “intervención” en la ciudad que se tradujo en un refuerzo con 380 policías.
Las bandas criminales de los Urabeños y la Empresa, una facción local de los Rastrojos, están en una sangrienta guerra por el control del tráfico de drogas y armas en este puerto del Pacífico colombiano, que ha dejado decenas de muertos y heridos y muchas personas desplazadas.
Por otro lado, el director de la Unidad Nacional de Protección, Andrés Villamizar, anunció un aumento de la seguridad para funcionarios locales y periodistas de esa región que están amenazados por esas bandas criminales.