Sánchez reiteró el martes ante Rajoy su “no” a un posible Ejecutivo encabezado por el líder conservador en España, en el marco de las negociaciones para tratar de formar Gobierno en el país tras las elecciones del 26 de junio.
“El señor Rajoy me ha ofrecido una gran coalición y le he dicho que el Partido Socialista (PSOE) es la alternativa a su partido y que no va a estar en ninguna gran coalición. No vamos a apoyar aquello que queremos cambiar”, dijo en una conferencia de prensa posterior al encuentro entre ambos líderes.
El líder socialista se comprometió a hacer “una oposición útil y responsable” y a “anteponer los intereses generales a los intereses partidistas” en temas de Estado. Está dispuesto a ofrecer acuerdos, en caso de que Rajoy consiga gobernar, en temas como el sistema público de pensiones, educación o la reforma de la Constitución.
Pese a esta hipótesis, Rajoy advirtió de que una tercera convocatoria electoral, tras la de diciembre de 2015 y el pasado julio, “sería un disparate” y pidió a los socialistas que desbloqueen la situación, ya que “es mucho más” lo que les une a ambos partidos que lo que les “divide” .
El líder del conservador Partido Popular (PP) aceptó la semana pasada el encargo de Felipe VI para formar Gobierno, una decisión que abrió una posibilidad para desbloquear la situación, pero, por otro lado, incrementó la incertidumbre al advertir que condicionaba su investidura a reunir el apoyo de los grupos políticos, que todos le niegan.
Negativa de los socialistas
“Se puede si se quiere, se puede si hay voluntad” , dijo Rajoy en referencia a la negativa de los socialistas, a los que pidió no solo un pacto para lograr ser reelegido presidente, sino un acuerdo de gobernabilidad para la legislatura, para el que dijo estar abierto a distintas fórmulas.
“No mejora el crédito ni el prestigio de un país, que celebra tres elecciones en un año” , señaló Rajoy, quien recordó que en la repetición electoral su partido fue el único que salió reforzado, con un incremento de 123 a 137 diputados.
La posibilidad de que se formé una alternativa de investidura a Rajoy, formada por partidos progresistas, que incluiría a socialistas, la coalición Unidos Podemos, y nacionalistas catalanes, no es, a su juicio, “lo mejor para España” .
El presidente del Gobierno en funciones, que continuará mañana con la ronda de negociaciones con los liberales de Ciudadanos, rehuyó pronunciarse sobre una posible fecha de su investidura y del plazo de las negociaciones con otras formaciones.
Rajoy aceptó la semana pasada el encargo del rey Felipe VI de intentar formar Gobierno en España, pero no garantizó que se someterá a una votación de investidura en el Congreso de los Diputados.
Su formación, el Partido Popular (PP), obtuvo en los comicios del 26 de junio 137 escaños, 39 menos de los necesarios para alcanzar la mayoría absoluta. Requiere, por tanto, el apoyo -o al menos la abstención- de otras fuerzas para formar Gobierno.
Para tratar de recabar esos apoyos, Rajoy programó una reunión para hoy con Sánchez y otra para el miércoles con el liberal Albert Rivera, líder de Ciudadanos.
“Llevamos 35 días desde las elecciones y Rajoy no ha sumado un escaño más a sus 137 diputados. Le he exigido que se ponga a trabajar ya y que empiece a negociar con sus aliados potenciales”, dijo Sánchez tras el encuentro celebrado en el Palacio de la Moncloa, en Madrid.
El líder del PSOE instó a Rajoy a buscar apoyos entre los partidos de centro-derecha: en Ciudadanos, que hasta ahora solo se comprometió a abstenerse en una hipotética investidura, y en los nacionalistas de corte conservador, como el catalán Partit Demòcrata Català o el vasco PNV. Ambos han adelantado ya que no apoyarán a Rajoy.
“Si las derechas dicen que no, ¿por qué tiene que decir sí la izquierda?”, se preguntó hoy Sánchez.
Las elecciones del 26 de junio fueron convocadas tras el fracaso de los partidos a la hora de alcanzar un acuerdo de Gobierno tras los comicios celebrados el 20 de diciembre, que arrojaron un Parlamento más fragmentado que nunca en España.
Si la situación se repite y no se rompe el bloqueo político, el país podría verse de nuevo abocado a las urnas. Serían las terceras elecciones generales en un año en España.
