Los ministros de Exteriores de los países implicados, por un lado, Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Rusia, China y Alemania; y por otro, Irán, empezaron a llegar a Viena para abordar los últimos puntos, considerados los “más difíciles”.
El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, que sigue convaleciente tras haberse fracturado el fémur al caerse en bicicleta a fines de mayo, llegó el viernes por la noche a la capital austríaca.
Se reunirá este sábado con su homólogo iraní, Mohamad Javad Zarif, esperado por la mañana.
El jefe de la diplomacia francesa, Laurent Fabius, también llegará durante la jornada, mientras el británico Philip Hammond, el alemán Frank-Walter Steinmeier y la Alta Representante de la UE, Federica Mogherini, podrían hacerlo el domingo.
Las conversaciones se prolongarán durante varios días, si bien los ministros no permanecerán en Viena de forma continuada.
Lo más duro para el final
Todo listo para que #Irán y el 5+1 retomen el diálogo nuclear en #Viena y sellen el acuerdo final http://t.co/MyouQnvgLK @BBCWorld
— Revista 5W (@revista5W) June 26, 2015
Desde hace varios meses, las principales divergencias entre ambas partes versan sobre el calendario del levantamiento de las sanciones internacionales, cuya retirada Teherán quiere que sea inmediata tras la firma de un acuerdo, la inspección de los sitios militares, que los iraníes rechazan, y las aclaraciones que exigen las grandes potencias sobre la “posible dimensión militar” del programa nuclear iraní.
La comunidad internacional quiere obtener estrictas garantías de que el programa nuclear tiene puramente una vocación civil y que Teherán no buscará hacerse con el arma atómica, a cambio de un levantamiento progresivo de las sanciones económicas impuestas desde el 2005.
Teherán y las grandes potencias, que negociaron en vano durante años, se embarcaron en septiembre de 2013 en unas intensas tratativas para lograr un acuerdo que consagraría además el acercamiento entre Estados Unidos e Irán, tras 35 años de tensiones.
Un acuerdo significaría además el retorno a la escena internacional de la República islámica chiita, cuya influencia preocupa a las potencias sunitas de la región y a Israel.
En noviembre del 2013, los negociadores firmaron un acuerdo interino, renovado en dos ocasiones, y en abril pasado lograron fijar los parámetros de lo que podría ser un acuerdo definitivo.
“Siempre hemos sabido que a medida que nos acercáramos al final, las negociaciones, serían más y más difíciles, porque lo que está en juego es más importante. Siempre se deja lo más duro para el final”, dijo un alto responsable estadounidense bajo el anonimato.