Un generador de uno de los dos hospitales M1 y M10 quedó completamente destruido. Tres empleados resultaron heridos en el segundo hospital, incluyendo un conductor de ambulancia, una enfermera y un contable, informó el hospital.
Dos pacientes fallecieron ante la imposibilidad de mantenerlos con vida de forma artificial, explicó Mohammed Abu Rajab, director del hospital M10, el mayor de los ocho existentes en Alepo. La unidad de cuidados intensivos sufrió importantes daños, agregó.
Adham Sahloul, de la Syrian American Medical Society con sede en Gaziantep, Turquía, confirmó los ataques, que describió como intencionados. Las fuerzas del gobierno de Damasco conocían la localización de ambos centros, apuntó.
El cierre de los dos hospitales reduce a seis el número de instalaciones sanitarias operativas en el este de Alepo. Solo tres de ellas pueden atender emergencias.
“Ya sólo quedan [en Alepo Este] seis hospitales activos, ahora que estos dos establecimientos están fuera de servicio”, precisó.
Ambos hospitales tienen unidades de urgencias y de tratamiento de traumatismos y ya habían sido bombardeados, según Sahlul, que calificó los bombardeos de “deliberados”.