“Entramos al departamento nos dirigimos al dormitorio, veo a mi lado izquierdo el baño, que está al lado del vestidor y veo ahí el piso lleno de sangre” , contó el testigo, de profesión carpintero.
Según su testimonio, vio mucha sangre “en el centro del baño, al lado de la ducha” junto a la puerta, que según él y en contraste con las informaciones difundidas hasta ahora, era “corrediza” .
También aseguró que no vio manchas de sangre en el espejo del baño y que había “pisadas de sangre en el pasillo del vestidor“.
En el domicilio había algo menos de 30 personas y la televisión del dormitorio de Nisman estaba encendida, al igual que uno de los ordenadores de la casa, de acuerdo con su versión.
Asimismo, recordó que había documentos en un cubo de basura y los peritos les sacaban fotos y los filmaban.
Las informaciones aportadas por este testigo suman nuevas dudas sobre la actuación de los investigadores, después de que hoy se conociera el relato de otra testigo que afirma que durante la noche los agentes revisaron la documentación de la casa, tocaron el teléfono y que se usaron los baños y la cafetera de la casa.
Dicha testigo, de nombre Natalia Fernández, también asegura que oyó que el disparo que mató a Nisman salió a 11 centímetros de su cabeza“y que la fiscal del caso, Viviana Fein, le enseñó cinco casquillos o proyectiles de bala, lo que contradice las informaciones difundidas hasta ahora por los investigadores.
Por su parte, Fein sostuvo hoy que las declaraciones de Natalia Fernández, publicadas por el diario Clarín, eran descabelladas y que deberá hacerse cargo porque ” está mintiendo”.
Alberto Nisman, fiscal especial de la causa sobre el atentado contra la mutua judía AMIA, que dejó 85 muertos en 1994, murió de un disparo en la sien en circunstancias aún no aclaradas, cuatro días después de haber denunciado a la presidenta Fernández por supuesto encubrimiento de los sospechosos iraníes del ataque.