Gusmao había señalado hace tiempo su intención de renunciar a su cargo y el presidente, Taur Matan Ruak, anunció este lunes que aceptaba la dimisión.
Varios ministros de la coalición de Gusmao deberían verse apartados del nuevo gobierno, en medio de sospechas de corrupción, una lacra que afecta mucho al desarrollo de este minúsculo país, situado al norte de Australia y uno de los más pobres de Asia.