“Hemos sido gravemente heridos por México (…) Y si nos fijamos en lo que pasó hoy, mira las consecuencias (…) la gente que organizó el viaje a México se ha visto forzada a salir del gobierno. Así de bien lo hicimos”, dijo Trump en un foro organizado por la cadena.
Los diarios “The Washington Post” y “Los Angeles Times” reportaron que Videgaray se esforzó por convencer a Peña Nieto de invitar a Trump, y que se le consideraba uno de sus más cercanos asesores, algo mal visto por la oposición debido al plan del republicano de construir un muro fronterizo para detener la inmigración ilegal.
Peña Nieto anunció el miércoles la salida del secretario de Hacienda Luis Videgaray en una medida que los expertos atribuyen al papel que tuvo el funcionario en la visita a México de Donald Trump hace justo una semana.
“Es la primera víctima de Trump”, indicó el analista Jorge Zepeda. Peña “duró seis días justificando las razones de su encuentro y al séptimo despidió al responsable”.
El “New York Times” llevaba el jueves la historia de la renuncia en portada: “Un alto funcionario mexicano dimite en medio del escándalo por la visita de Trump”. En las ediciones digitales, el tema estuvo todo el miércoles en lugar destacado.
La tormenta política sobre Peña Nieto, que con Videgaray pierde a uno de los hombres más cercanos a él que tenía en el Gobierno, es un éxito en la visión del irreverente Trump, que aceptó la invitación del mandatario mexicano en un momento en el que le habían dejado de sonreír las encuestas.
Sondeos le favorecen
Después de las convenciones de julio en las que el Partido Republicano y el Partido Demócrata los nominaron oficialmente a él y a Hillary Clinton como candidatos a la Casa Blanca, la ex secretaria de Estado remontó y fue abriendo una ventaja sobre el magnate que se mantuvo alrededor de una media de seis puntos durante semanas.
Este jueves, Clinton superaba a Trump solo por 2.8 puntos porcentuales en la media que realiza RealClearPolitics. El terremoto demoscópico llegó esta semana de mano de una encuesta de la CNN que situó al republicano un punto por encima de la demócrata.
Esa encuesta se hizo entre el 1 y el 4 de septiembre, justo después de la visita de Trump a Peña Nieto y de su posterior discurso sobre inmigración en Arizona, donde el mismo día apuntaló su mano dura en este tema y volvió a las formas agresivas e incendiarias que había dejado a un lado horas antes en Los Pinos.
Hasta qué punto pudo influir demoscópicamente México, es imposible saberlo. Pero el hecho es que Trump recorta distancia. Y mediáticamente logró un gran impacto con su viaje al país vecino que demoniza desde hace más de un año.
Tras la visita, los medios estadounidenses pusieron el foco la polémica entre él y Peña Nieto sobre si habían hablado o no del pago del controvertido muro.
Visita ampliamente criticada
La visita del candidato republicano fue ampliamente criticada, y la mayoría de la población la consideró humillante debido a que Trump no se disculpó de los insultos lanzados contra los mexicanos —a quienes había llamado violadores y criminales— al tiempo en que reiteró, en la propia sede de la Presidencia de la República, su idea de construir un muro fronterizo sin que Peña Nieto hiciera ningún comentario al respecto hasta horas después.
Videgaray fue el arquitecto de la visita de Trump, debido a que era el asesor más confiable y cercano de Peña Nieto, dijo el columnista y analista político Raymundo Riva Palacio.
El mandatario, que detenta los niveles más bajos de popularidad de todo su mandato, asumió como propia la idea de invitarlo en aras de abrir espacios de diálogo y dijo asumir sus consecuencias.
“Nadie me recomendó. Es una decisión que tomo como presidente de México”, dijo en entrevista con Milenio TV.
Sin embargo, a los pocos días del encuentro empezaron a proliferar informaciones en el sentido contrario.
El diario “Reforma” aseguró que la decisión de invitar a Trump se tomó una semana antes de la visita después de una reunión de Peña Nieto y Videgaray y pese a la desaprobación de la canciller Claudia Ruiz Massieu.
Al parecer la intención era enviar una señal de estabilidad a los mercados ante una posible victoria republicana, aunque el resultado fue todo lo contrario: críticas y lo que casi de forma unánime se consideró un error monumental.
Clinton rechaza invitación
Las críticas contra el mandatario se incrementaron cuando la candidata demócrata a la Casa Blanca Hillary Clinton anunció su rechazo a la invitación de Peña Nieto para viajar a México y calificó el paso de su contrincante por ese país de “un vergonzoso incidente internacional”.
Pero más allá de la polémica sobre Trump, la salida de Videgaray tiene muchas connotaciones políticas —coinciden los analistas— ya que se trataba del consejero más cercano al presidente desde hace más de una década y que, en palabras de Riva Palacio, hacía de titular de Hacienda el 30% de su tiempo y el resto actuaba de asesor.
“Es el único secretario que tiene dignidad; decidió cambiar su futuro por el del presidente, para que Peña Nieto tenga espacio de maniobra”, añadió en declaraciones a AP.
Y el mandatario solo tuvo palabras de agradecimiento para su amigo. “Ha sido un funcionario comprometido con México y leal con el presidente de la república. Muchas gracias Luis”, dijo al anunciar su salida del gobierno.
El ex secretario, de 47 años, fue titular de Finanzas en el Estado de México cuando Peña Nieto era gobernador y luego coordinó la campaña electoral que lo llevó a la presidencia en el 2012.
Posteriormente se convirtió en uno de los hombres fuertes del presidente, junto al secretario de Gobernación, Miguel Angel Osorio Chong, quien ahora quedaría como el sucesor natural de Peña de cara a las elecciones presidenciales de 2018, coinciden los expertos.
“Videgaray se impuso en un principio, con todas las reformas pero esta decisión sitúa a Osorio Chong como vencedor”, explica Zepeda.
El ex secretario también ha estado unido a su jefe en algunas polémicas. A fines de 2014 sendas investigaciones periodísticas revelaron posibles casos de conflicto de intereses.
El diario estadounidense Wall Street Journal aseguró que Videgaray había comprado una casa a un polémico empresario que fue favorecido con contratos públicos. Y el portal Aristegui Noticias denunció que la primera dama había adquirido una mansión del mismo empresario, Juan Armando Hinojosa, quien había firmado contratos millonarios cuando Peña Nieto era gobernador del Estado de México.
La salida de Videgaray, justo en vísperas de la presentación de los nuevos presupuestos, tiene lugar cuando Peña Nieto alcanza sus menores niveles de aprobación: apenas 23%, y después de los malos resultados electorales del oficialista Partido Revolucionario Institucional, que fue castigado en junio por los votantes crispados con los altos niveles de violencia y corrupción.
Para sustituir a Luis Videgaray al frente de Hacienda, Peña Nieto nombró a José Antonio Meade, quien ya ocupó esta cartera de 2011 a 2012, al final del mandato de Felipe Calderón (2006-2012). Durante la actual presidencia, Meade estuvo a cargo de la Cancillería de 2012 a 2015 y luego de la cartera de Desarrollo Social.
Peña Nieto dijo que Meade tendrá el mandato de hacer nuevos ajustes presupuestarios pero que recaerán en el gobierno y no en la ciudadanía. La secretaría de Desarrollo Social estará ahora a cargo de un funcionario que estaba en gobernación, Luis Enrique Miranda Nava.