Es el incidente con más muertes desde el lanzamiento hace dos meses de una operación de las Fuerzas Armadas ucranianas contra los separatistas del este de Ucrania. “Los terroristas dispararon cínicamente y a traición con una ametralladora de gran calibre y alcanzaron el avión IL-76 del ejército ucraniano que transportaba tropas de relevo y estaba a punto de aterrizar en el aeropuerto de Lugansk”, indicó el ministerio ucraniano de Defensa, dando el pésame a las familias “de los soldados muertos”, sin precisar su número.
El avión fue derribado después de que el Gobierno ucraniano anunciara el viernes que había retomado el control del puerto de Mariupol, en la región de Donetsk.
Lugansk es la capital de una de las dos regiones del este de Ucrania que ha proclamado su independencia. La otra es Donetsk.
Desde hace dos meses, el ejército lleva a cabo en el este de Ucrania una operación “antiterrorista” que hasta ahora había dejado al menos 270 muertos.
El ataque de este sábado debilita las esperanzas surgidas en los últimos días con los primeros contactos entre el nuevo presidente ucraniano, Petro Poroshenko, y su homólogo ruso, Vladimir Putin, para poner fin a la crisis.
Ataques y explosiones en Lugansk
Según un fotógrafo de AFP en Lugansk, una ciudad de 500 mil habitantes cerca de la frontera con Rusia, este sábado de madrugada se oían fuertes explosiones. Aviones y helicópteros del ejército ucraniano llevaron a cabo por la noche ataques contra los retenes de los separatistas.
La semana pasada, el aeropuerto internacional de Lugansk ha sido escenario de un ataque separatista repelido por las fuerzas ucranianas.
Los occidentales acusan a Moscú de apoyar de forma encubierta la insurrección armada prorrusa suministrándole armas.
Estados Unidos acusó a Rusia de haber entregado a los rebeldes separatistas tanques y lanzacohetes, material que cruzó la frontera con Ucrania en los últimos días. “Creemos que separatistas en el este de Ucrania adquirieron armas pesadas y equipamiento militar a Rusia, entre los cuales tanques y lanzacohetes rusos”, afirmó en un comunicado la portavoz del Departamento de Estado, Marie Harf. “Negociadores ucranianos y rusos se reunirán este fin de semana en Kiev para hablar sobre la aplicación del plan de paz”, afirmó.
Si “Rusia no consigue reducir la tensión, habrá un precio adicional” que pagar, advirtió la responsable estadounidense. Washington llevan meses utilizando esta fórmula en referencia a las sanciones tomadas contra Moscú por su política respecto a Ucrania.
Kiev también afirmó el jueves que tres tanques rusos habían cruzado la frontera, pero el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, afirmó lo contrario, asegurando que guardias fronterizos rusos habían interceptado dos blindados ucranianos, que habían franqueado la frontera con Rusia.
El presidente ruso, Vladimir Putin, “ordenó al ministerio de Exteriores que informe a su homólogo ucraniano de la violación de la frontera por militares ucranianos”, declaró el portavoz.
Por su lado, el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, se declaró preocupado por las informaciones de que separatistas prorrusos se equipan “con armas pesadas provenientes de Rusia, incluyendo tanques”. El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, también pidió a Putin que frene la entrada a Ucrania de armas y combatientes provenientes de su país.
La tensión entre Kiev y Moscú tiene otro frente, el del gas, y el Gobierno ucraniano teme un posible corte de gas ruso de aquí al lunes. El gigante semipúblico ruso Gazprom fijó el lunes una fecha tope para que Kiev reembolse una deuda de casi 2.000 millones de dólares.