“Poco después de medianoche [hora local de entrada en vigor del alto el fuego], lanzamisiles múltiples Grad alcanzaron el centro de la localidad de Popasna” y dos civiles murieron, anunció este domingo Guennadi Moskal, gobernador leal al Gobierno ucraniano de la región de Lugansk.
Los fallecidos en el bombardeo -que se produjo 20 minutos después de la entrada en vigor del alto el fuego– son un anciano y una mujer. Los disparos procedieron, según Kiev, de una zona controlada por insurgentes cosacos, que no obedecen la orden de alto el fuego dada por el mando rebelde.
Por lo demás, las autoridades de Kiev precisaron que los combates habían cesado prácticamente en toda la línea del frente después de las 03H00 de la madrugada (01.00 GMT) del domingo, y solo se constataban enfrentamientos aislados.
Ningún soldado murió durante la noche, declaró un portavoz militar ucraniano Vladislav Seleznev. Las fuerzas ucranianas informaron de tiros de artillería en la región de Lugansk y en torno al nudo ferroviario de Debaltseve -donde en los últimos días se libraron los más encarnizados combates- pero fueron “disparos de hostigamiento muy localizados y no sistemáticos”, precisó Seleznev.
Otro portavoz ucraniano Anatoli Stelmakh, también afirmó que los rebeldes habían “reducido considerablemente su actividad” desde medianoche, aunque citó un ataque insurgente cerca de la localidad de Churnuguin, cinco kilómetros al este de Debaltseve.
– Día más violento en varios meses –
El sábado último había sido el día militarmente “más caliente de estos últimos meses”, añadió el portavoz. Al menos 16 personas -ocho militares ucranianos y ocho civiles- murieron en 24 horas.
Los combates también se habían intensificado el sábado a proximidad de Mariupol, puerto aún controlado por Kiev a orillas del mar de Azov, donde murió un civil.
La toma de esta ciudad por los rebeldes prorrusos sería determinante para establecer un puente terrestre entre Rusia y Crimea, la península ucraniana anexionada en marzo por Moscú.
La violencia de los enfrentamientos solo horas antes de la entrada en vigor del alto el fuego había reforzado los temores de que esta tregua fuera menos respetada que las anteriores.
Estos combates llevaron al presidente ucraniano Petro Poroshenko a advertir que los acuerdos de paz podían estar en peligro, si “la operación ofensiva de Rusia” se acrecentaba.
El presidente ucraniano también había acusado a los rebeldes de “atacar los acuerdos de Minsk” al bombardear poblaciones civiles antes de iniciarse la tregua.
El viernes último, EEUU había vuelto a acusar a Moscú de seguir desplegando armas pesadas en el este de Ucrania para apoyar a los separatistas. Se espera que el Consejo de Seguridad de la ONU adopte el domingo una resolución para exigir que se aplique “plenamente” el alto el fuego.
El acuerdo logrado el jueves recién pasado en Minsk tras una noche de negociaciones entre los dirigentes de Ucrania, Rusia, Alemania y Francia prevé que Kiev y los rebeldes comiencen a retirar sus armas pesadas de la línea del frente dos días después de la entrada en vigor del alto el fuego.