La Policía británica había alertado a Interpol, temiendo que el clérigo escapara de ese país.
Sus superiores, incluyendo el obispo de Wakefield, Tony Robinson, le pidieron que se entregara.
“Simon, nos gustaría asegurarte que estás en nuestras pregarias y pensamientos en estos momentos difíciles“, dijo Robinson.
euros, el equivalente a US$37 mil 400 es el monto que el sacerdote se apropió y que debió haber entregado a las autoridades eclesiales.
“Te instamos a volver y permitir que la justicia siga su curso“, añadió el obispo.
Reynolds fue hallado culpable de quedarse el dinero de bodas y funerales en vez de entregarlo a las autoridades diocesanas, como corresponde.
El religioso fugado aprovechó su posición como sacerdote de una iglesia de South Yorkshire para apropiarse entre el 2007 y el 2013 de la suma de dinero en efectivo.
Se trataba de un capital que Reynolds debía haber entregado a la diócesis y a la parroquia en concepto de honorarios por la celebración de bodas, funerales y otras ceremonias.
Según lo expuesto durante el juicio, el vicario, que niega los cargos, solo entregó una pequeña parte de lo percibido.