La ofensiva rusa contra el Estado Islámico (EI), comenzó desde el 30 de septiembre último y continúan, pese a la oposición de Estados Unidos y de la Unión Europea (EU), que afirman que Moscú ordena los ataques contra la oposición moderada siria.
Hasta ahora, las fuerzas rusas han realizado más de 300 vuelos, eliminado a cerca de 300 militantes y destruido varios campos de entrenamiento importantes, puestos de mando y depósitos de municiones entre otras instalaciones, según la información oficial de ese país.
No obstante Estados Unidos y sus aliados afirman que apenas el cinco por ciento de las ofensivas han sido dirigidas contra los yihadistas.
Las contradicciones surgen porque Rusia apoya al regimen de Bashar al-Assad, mismo que Estados Unidos califica de tirano y de haber masacrado a miles de sirios opositores desde el 2011.
La guerra civil en ese país ha causado la muerte de más de 220 mil personas y ha desplazado por lo menos a otros 10 millones.