Economía

Los impuestos y la corrupción

Los actos de corrupción que han salido a luz, han rebalsado la paciencia de los ciudadanos porque saben que eso se deriva del mal manejo de los impuestos que todos pagamos.

Por disposición constitucional, los ciudadanos tenemos el deber de pagar los tributos, los cuales los pagamos todos, ricos y pobres, no importa la posición económica. Por su lado, el Estado está obligado a utilizar bien esos recursos que deberían traducirse, conforme a la Constitución, en garantizar la vida, la libertad, la justicia, la seguridad, la paz y el desarrollo integral de la persona. Pero lamentablemente eso no ha ocurrido así. Desde años se han escuchado actos de corrupción, es un secreto a voces y la población no reaccionaba y así cada Gobierno se sentía tranquilo porque los ciudadanos no les exigían de manera frontal la transparencia, la libre información, la calidad del gasto, erradicación de la corrupción, etc. Esa imparable bola de nieve colmó la paciencia y ahí tenemos el grito de miles de gargantas pidiendo un alto a esa ola.

Por ello la población pide reformas urgentes a las leyes, porque está consciente que mientras las actuales se mantengan, siempre seguiremos teniendo más de lo mismo. Se necesitan realizar reformas profundas a las leyes tales com la Electoral y de Partidos Políticos, a otras leyes ordinarias, como la del Presupuesto, la Ley de la Contraloría, emitir una norma específica Contra el Enriquecimiento Ilícito. En la Ley Electoral se debería legislar la no elección de diputados por listado, la no reelección de alcaldes, no al transfuguismo, etc.

Establecer en la ley que corresponda, al igual que existe en la Ley de Actualización Tributaria el control de los Precios de Transferencia que obliga a los contribuyentes a tributar sobre las transacciones que efectúan con sus relacionadas como si fueran partes independientes, así en el caso del Estado la ley debería exigir que los precios de las compras y construcciones sea igual a los precios que se dan entre partes independientes, ello garantizaría la calidad del gasto público.

En la ley de la Contraloría se debe incluir la aplicación de normas modernas de auditoría, entre otras más, en la que se faculte al ente fiscalizador a realizar las auditorías con base en la calidad del gasto comparable entre partes independientes. Se debe incluir también evaluar la gestión del desempeño de los cargos públicos.

Si se quiere subir la recaudación tributaria, la receta: servicios públicos de primera, rápidos y eficientes, seguridad ciudadana, combate frontal a la corrupción, cárcel a los corruptos, reformas a las leyes indicadas y otras más, informe y rendición de cuentas transparente, declaración patrimonial al inicio y final de la gestión y que sea dictaminada su razonabilidad por la Contraloría, obviamente para esto último se necesitaría reformar la ley.

La población ha concurrido a la Plaza de la Constitución y seguirá haciéndolo, hasta que no se efectúen los cambios que solicita. Las autoridades deben escuchar la voz del pueblo, porque “la voz del pueblo es la voz de Dios” ( Alcuino, monje anglosajón).

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ESCRITO POR:

Oscar Chile Monroy

Consultor en impuestos y defensa fiscal. Conferencista-orador en temas tributarios y empresariales. Fue catedrático de la Maestría en Consultoría Tributaria en la Universidad de San Carlos de Guatemala.

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