Guatemala

“Debemos salvar al mar”

La bióloga Maria José González está convencida de que salvar el sistema marino guatemalteco no solo es un ideal ecológico, sino una necesidad económica íntimamente relacionada con la vida de a miles de pobladores que viven de la pesca, el turismo y los servicios. Lamentablemente, la contaminación persiste, la basura sigue llegando y el efecto invernadero continúa sus efectos.

MARÍA JOSÉ González está convencida de que toda la comunidad debe colaborar en el rescate de los  ecosistemas.

MARÍA JOSÉ González está convencida de que toda la comunidad debe colaborar en el rescate de los ecosistemas.

De todo esto se convenció cuando se especializó en estudios oceanográficos en Nueva Zelanda, nación desarrollada enclavada sobre islas y que se ha convertido en un ejemplo de este paradigma.

María José no sabe exactamente cuándo nació su amor por el mar pero sí sabe que, de no hacerse algo, y pronto, las pérdidas para el país serán incuantificables. Esto lo expuso en el encuentro TedX, sobre ideas que ayuden a transformar al país.

¿Por qué decidió estudiar Biología y qué la motivo a hacerlo?

Yo estudié Biología en la Universidad del Valle de Guatemala. Desde siempre mi pasión han sido el mar y los ecosistemas, aunque realmente no sabría explicar la razón o cuándo surgió esa convicción, porque no es que haya vivido cerca del mar o que haya pasado mucho tiempo en la playa, pero desde niña empecé a vivir una fascinación por el océano.

Aunque en Biología uno conoce distintas áreas, desde la universidad mis proyectos estaban enfocados en el mar. En cualquier proyecto de investigación yo trataba de buscar de alguna manera conectarlo con el ecosistema marino.

Durante mi carrera conocí personas que tuvieron gran influencia en mis ideas, pues gracias a ellas participé en distintos proyectos de voluntariado, entre ellos la conservación de arrecifes, campañas de concienciación con pescadores, acerca de las riquezas del ecosistema y cómo explotarlo sin deteriorar.

¿En qué se especializó y a qué se dedica actualmente?

Luego tuve la oportunidad de estudiar una maestría en Ciencias Marinas, en Nueva Zelanda.

En el extranjero experimenté otros niveles de investigación y enfoque.

Al regresar me percaté de las necesidades y rezagos que tiene el país en investigación. Por ello mi objetivo es hacer algo por la protección del ecosistema marino.

¿Cuáles son las grandes riquezas de Guatemala en cuanto al ecosistema marino?

El país posee gran riqueza en sus costas. Aunque no hay mucha en el Caribe, hay arrecifes y especies endémicas, como el manatí. Guatemala cuenta con áreas adonde llegan a anidar cinco de las siete especies de tortugas marinas que existen, pero son cosas que en el país se desconocen.

¿En qué lugares ha trabajado y cómo se ha involucrado en la conservación del ecosistema marino?

He trabajado en organizaciones no gubernamentales (ONG), en el Gobierno y en proyectos de la Universidad. Siempre enfocada en que las personas entiendan la importancia de la protección del ecosistema, ya que sin ambiente no somos nadie. Dependemos íntimamente de los recursos naturales, especialmente del océano.

¿Cuáles son las perspectivas de cambio que usted propone para proteger el ecosistema?

Todas las personas debemos aportar e involucrarnos en ello. Quizá una actitud clave es darnos cuenta de que no podemos seguir tirando tanta basura, pues buena parte de ella termina en el mar.

A pesar de estar inmersos en una sociedad consumista, los guatemaltecos deben apoyar campañas que ya existen, como es el caso de la campaña “Ladrillos ecológicos”, botellas plásticas que se llenan de bolsas de frituras y tierra para construir casas en diferentes partes del país. Y deben ser conscientes en lo que compran y utilizan. Pueden comprar pachones de plástico, en lugar de tirar tanta botella.

¿Qué consejos daría a la población para conservar el ecosistema?

Yo les aconsejo a todas aquellas personas que les gusta bucear, por ejemplo, que busquen proyectos de investigación donde puedan ser voluntarios.

Estas personas pueden familiarizarse con estos programas, porque hay mucho por hacer.

Además pueden unirse a campañas de reciclaje y otros proyectos en comunidades que permitan cambiar sus formas de pensar y perspectivas de vida.

¿Qué es lo que usted anhela para Guatemala?

A pesar de que mi perspectiva es muy ambiciosa, yo quisiera que el enfoque de los gobiernos en relación al medioambiente cambie. A pesar de que ya existen proyectos de investigación para la protección de los ecosistemas marinos, el país carece de incidencia política, comunicación interinstitucional con todas las instituciones del Gobierno.

No se puede pretender que una institución haga una cosa por su lado, mientras la otra no colabora en el mismo sentido.

También es importante que el sector privado, por ejemplo los cañeros y la sección agrícola, formen parte de este cambio.

Las comunidades de pescadores deben recibir educación y capacitación.

La educación es poder, y mientras ellos se apoderen y sientan la responsabilidad de proteger los recursos de los que ellos dependen, se lograrían muchas cosas buenas.

Esto sería lo ideal y se consolidan como los grandes retos medioambientales para el país.

¿Qué mensaje quisiera dejar a los guatemaltecos para que cuiden y conserven el ecosistema?

Todos deben estar conscientes de lo que hacen y buscar cómo apoyar iniciativas privadas, de universidades y estudios para involucrarse en la protección del planeta.

Dependemos íntimamente de los recursos naturales, es lo que permite que seamos seres vivos.

El cambio puede lograrse con el esfuerzo de todos los guatemaltecos.

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