PARALELO 30
#25A es solo el inicio
La impotencia acumulada, la frustración y el hartazgo catalizaron una manifestación que más parecía una celebración llena de energía positiva y satisfacción. Ah, el poder de la catarsis. El 25 de abril nos demostró que aun habiendo cosas que como individuos podemos obtener, existe un límite y allí es donde solo juntos-as, como sociedad, se debe luchar para conseguir.
El paso se logra a través de la unión, de la participación y de la expresión, cuando las respuestas no llegan desde las políticas públicas.
Si en verdad queremos cambiar el país, hoy ya podemos ponernos en los zapatos de quienes, por lustros, han marchado exigiendo ser visibles, pidiendo ser escuchados, porque también están hartos de ser enmudecidos en un país donde pocos han acaparado la voz; de ver con impotencia cómo su cultura se erosiona, cómo los ecosistemas se destruyen o de sentirse invisibles en su propio país sin que nadie les escuche. ¿No es así como nos sentimos ante la descarada corrupción y abusos de este gobierno corrupto? Grupos humanos cansados de ser siempre vistos como la mano de obra barata, el vendedor de manías, la “sirvienta”, la tortillera, los ignorantes… los brutos.
Ojalá ahora la empatía empiece a aflorar y nos demos cuenta de que esas palabras cursis como “el despertar de la conciencia”, “participación”, “manifestación” y “comunidad” tienen sentido.
Fue la más profunda indignación la que sacó a las calles a una población otrora apática, y es esa la que nos puede mover para organizarnos y converger. Es esa conciencia lo que no nos dejará descansar para seguir luchando, y aunque nos bombardeen de mensajes diciéndonos lo contrario, comenzar a vernos como Sociedad, como un órgano vivo, complejo, con diferencias, pero unido a través de relaciones, de puntos en común y de historias… Ojalá historias de concordia aunque no seamos iguales y de respeto, aunque pensemos diferente.
La fuerza del mensaje, el volumen de la voz y la energía que se demostró el sábado fue más grande que la sumatoria de aislados gritos individuales. Las voces dispersas no llegan a quienes concentran el poder. Apoyarnos entre humanos tiene sentido, vernos como un todo en el que cada quien es parte importante tiene sentido. Una Nación solidaria tiene sentido.
Estamos conociendo el poder de la Democracia sobre la República. La ciudadanía empieza a usar esa herramienta que ha tomado casi 30 años entenderla, absorberla y valorarla. La Democracia, ese sistema que el poder concentrado teme y por eso estigmatiza de “acarreados”, “terroristas” o “resentidos” a quienes la han usado para bien en el pasado, sin ignorar que otros nefastos personajes también la han abusado para engañar y manipular.
Basta de exportar pobreza, explotación e indiferencia… basta de exportar índices vergonzosos. Exportemos esperanza. Exportemos cambio. Exportemos Democracia. Exportemos Dignidad.
El 25A es solo el inicio.
Samperez1@gmail.com