LA BUENA NOTICIA
¡A votar!
Los obispos acaban de decir que “las acusaciones contra algunos candidatos, las dudas sobre su honorabilidad, capacidad e idoneidad, ponen en riesgo la celebración de las próximas elecciones”, sin embargo, es un derecho y un deber votar. Además, recogen el sentir de la población que no quiere elecciones en las circunstancias actuales, pero reconocen que uno de los instrumentos que tenemos “para fortalecer la democracia es la participación a través del voto, libre, secreto y muy bien razonado.
El obispo de Jalapa, en un mensaje titulado “Un llamado a participar en la consolidación de nuestra democracia”, invita a participar mediante el voto eligiendo a los candidatos “por su idoneidad, capacidad y honradez”. Le apuesta al fortalecimiento de nuestro sistema democrático a pesar de la situación que vive el país: “confusa, compleja y arriesgada para todos, especialmente para los más empobrecidos, quienes pagan con la vida la desfachatez de los gobernantes”.
Ahora bien, ¿por quién votar y por quién no votar? Siguiendo el mensaje del obispo Julio Cabrera, respondo a la segunda pregunta. No votar por aquellos candidatos “que están siendo señalados de corruptos por la Cicig y el Ministerio Público”. Ojalá que todavía se logre destapar a muchas estructuras del crimen organizado y de la corrupción, para no votar por aquellos candidatos que tienen vínculos con las mafias que se apoderaron del país y trafican con personas, armas, droga, y tienen negocios ilícitos con el Estado.
Tampoco “votar por aquellos que en cada elección cambian de partido, en un afán por perpetuarse en el poder, con el fin de proteger sus negocios, mientras viven dándole la espalda a las necesidades de la población y traicionan a sus electores”. No votemos por los diputados que no aprobaron la reforma a la Ley Electoral y de Partidos Políticos e hicieron alianzas para proteger a los corruptos del régimen actual.
Ni mucho menos “por el que cree que va a ganar las elecciones para sentirnos también nosotros, ingenuamente, triunfadores”. No votar por aquel candidato que lleva un asesino dentro al afirmar que aplicará la pena de muerte, que aprobará licencias de exploración y explotación minera, que es señalado de tener negocios sucios.
No votemos por aquellos candidatos que han violentado la ley burlándose de las autoridades electorales o abusando de amparos con el fin de retardar la aplicación de la justicia; ni por quienes derrocharon dinero y numerosos recursos en propaganda electorera, ofendiendo la dignidad de los pobres; ni por aquellos que han pretendido comprar el voto con “engaños, propaganda falsa y populismo que prometen imposibles”.
¡A votar!, para empezar a soñar “con una Guatemala que viva en paz, sin violencia, en el respeto mutuo, con un futuro distinto para los más pobres y vulnerables”, dijeron los obispos. De la experiencia de un Dios cercano y misericordioso sacamos fuerzas para afrontar el dolor de país que sentimos y que ahora se ve aumentado “por la gravísima preocupación de lo que está sucediendo. Es verdad que mantenemos la esperanza en un futuro mejor para nuestra patria porque creemos que Dios no abandona a su pueblo”.
victoruano21@hotmail.com