HAGAMOS LA DIFERENCIA
Actitud ante la pobreza
Lo publicado por la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida 2014 ha generado un aluvión de comentarios sobre la situación de pobreza en Guatemala. Algunos confirman estos datos, otros como el sector privado, lo refutan. Lo cierto es que la situación de pobreza es alarmante en este país; según la encuesta, 59.3% de nuestra población se encuentra en esta categoría.
Los últimos dos gobiernos: el de la Unión Nacional de la Esperanza y el del Partido Patriota pregonaron que sus programa claves eran los sociales; sin embargo, el porcentaje de pobres en lugar de bajar, subió durante el lapso en que gobernaron. La realidad es que en lugar de programas sociales, más bien se convirtieron en clientelares. Buscaban a costa de todo ganar adeptos. Un colega mostraba en las redes sociales una gráfica que me pareció interesante, pues siempre he pensado que una de las causas de la pobreza es realizar proyectos y programas donde se regalan alimentos, productos y/o servicios sin solicitar nada a cambio. En ella se muestra cómo la pobreza guarda alta correlación contra la ayuda internacional. A medida que esta aumenta, la pobreza también lo hace igual.
En el área rural impresiona ver cómo la gente está esperanzada en que el gobierno llegue a regalar: alimentos, semillas, productos, viajes, casas, etcétera. Por otro lado, también están esperando recibir las remesas que los paisanos envían. Esto ha creado un grupo de personas que ya no quieren trabajar, olvidaron que se necesita esfuerzo para tener lo necesario para vivir. Tenemos, hoy en día, padres de familia que engendran hijos y evaden la responsabilidad de mantenerlos. Incluso, tienen más hijos para recibir más apoyo del Gobierno.
Por otro lado existe un grupo de empresarios que siguen viendo como fuente de su riqueza la mano de obra barata, pagan sueldos miserables que no permiten que sus trabajadores tengan lo necesario para subsistir. Esto crea una espiral donde la población no tiene capacidad de compra; por lo tanto, la demanda de productos se reduce.
La pobreza se acabará cuando todos nos dispongamos a vencer la pereza y trabajemos con ganas, como dice el proverbio “Ve a la hormiga, oh perezoso, mira sus caminos y sé sabio; la cual no teniendo capitán, ni gobernador, ni señor, prepara en el verano su comida”. Recordemos: “Pobre es el que trabaja con mano negligente, pero la mano de los diligentes enriquece”.
Los empresarios guatemaltecos también deben recordar que la Biblia dice que no debemos impedir que el buey coma mientras desgrana el trigo, y quien trabaja merece que se le pague. En estos tiempo navideños, observemos que Jesús atendió las necesidades y preocupaciones de los pobres y despreciados; tenía interés específico en relacionarse con ellos y solicitarle también un cambio de actitud. Desafiaba a los pudientes a responder a las necesidades de los pobres, como su deber. De los pobres decía que ellos nos proveen una oportunidad para hacer el bien.
En resumen, considero que la pobreza se combate con: a) trabajo —debemos ser trabajadores diligentes, honrados, abnegados al hacer buen uso de nuestros talentos y recursos—; b) empresarios que ofrezcan un salario digno y de responsabilidad en la prosperidad de sus trabajadores, y c) debemos ser una nación que no fomente la holgazanería ni reciba dádivas de otras naciones interesadas en que permanezcamos tal como estamos, para seguir siendo sus pueblos de traspatio.
samreygo@yahoo.com