Agradecido

JORGE JACOBS A.

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y la violencia cobra tantas almas a diario —de manera indiscriminada—, el solo hecho de concluir un año más sin desgracias que lamentar en el círculo cercano es algo por lo cual estar muy agradecidos. Sé que no todos podemos decir lo mismo y lamento la situación por la que algunos de ustedes puedan haber pasado este año.

Estoy muy agradecido también por la salud de la que gozo. Casi nunca reflexionamos sobre ella —cuando la tenemos—, pero en el momento que la perdemos nos damos cuenta de que sin ella todo lo demás rápidamente pierde sentido. Este año pasé mi primera noche en un hospital. Afortunadamente no pasó a más y no fue nada que algunas medicinas y reposo no pudieran curar, pero lo cierto es que es un gran llamado de atención sobre lo que nos puede pasar si no nos cuidamos. En la salud, como casi todo en la vida, se aplica muy bien el refrán de Benjamín Franklin: “una onza de prevención vale más que una libra de curación”. Así que cuídese; usted y los suyos se lo agradecerán.

Estoy también muy agradecido por la familia que tengo. La Navidad la pasamos juntos mis papás, mis hermanos, nuestras esposas y esposos, mi hija y mis sobrinos. Es una gran bendición tener a la familia completa y estar todos unidos, aunque sea para las fiestas. En mi familia no siempre fue así, así que se lo digo con toda la experiencia del caso. Aproveche esos momentos y sea agradecido.

También estoy muy agradecido por los amigos que tengo. Conforme van pasando los años, más aprecia uno a los compañeros que nos acompañan en esta aventura llamada vida. Son esa familia que uno ha escogido, con quienes compartimos valores, que nos aceptan como somos, con todas nuestras virtudes y defectos. En mi caso, soy muy bendecido con un buen grupo de amigos con quienes compartimos muchas experiencias, “los ajonjos” nos denominamos. Pero también tengo un gran grupo de amigos con quienes compartimos el mismo ideal de las ideas de la libertad. Ese ideal nos une, a pesar de las diferencias de distancia, de edad, y a veces hasta de creencias. También tengo un gran grupo de amigos de la infancia. Con la mayoría casi nunca nos vemos y a muchos nos separan grandes distancias, pero gracias a Zuckerberg (el de Facebook) mantenemos la comunicación, sabemos dónde están casi todos y nos enteramos y podemos compartir los logros, alegrías y tristezas de cada uno.

Estoy agradecido también por todos los éxitos, los logros y los fracasos de este año. Qué sería la vida sin ese constante flujo de experiencias, de retos, de alegrías, de tristezas. Estoy agradecido por estar todavía en esa perenne búsqueda de la felicidad. Y usted, ¿por qué está agradecido?

 @jjliber

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