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Aquí manda el pueblo

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La ciudadanía exige la renuncia de Pérez Molina y una renovación total de la clase política y el sistema judicial. Si el presidente tuviera un poco de sentido común, amor a Guatemala y dignidad; con los últimos escándalos de corrupción en los que han estado envueltos sus más cercanos colaboradores, con pruebas a la vista de todos y sabiendo que el pueblo siente una indignación generalizada y un rechazo total a la clase política y específicamente a él, presentaría su dimisión.

Afortunadamente esta circunstancia extrema nos ha unido como nación, llevándonos a manifestar por un mismo fin, sin importar clase social, ideología, edad, nivel cultural, trabajo, etc. Existe un denominador común, el hartazgo. Todos exigimos el fin de la corrupción y la impunidad. Y esto significa también, que sean devueltos los fondos del Estado sustraídos por estos delincuentes, además se requiere que sean juzgados y encarcelados, sin importar quien caiga.

Las protestas sociales son muy claras, no son tres pelones pagados por alguien, es un movimiento espontáneo, que lo hace legítimo y respetable ante el mundo entero. Si el presidente Otto Pérez, ha actuado correctamente como dice, ¿cuál es su temor de renunciar? Al hacerlo daría paso a personas con credibilidad, para que puedan tomar las riendas de nuestro país, e iniciar los cambios que se requieren.

La situación del aferramiento de Pérez Molina al poder está promoviendo un terrible repunte de la violencia e inestabilidad económica que ya estamos percibiendo. Prueba de ello son los últimos linchamientos en el interior del país y el reciente asesinato del abogado Francisco Palomo, que por cierto debe ser esclarecido por el MP. Una vida siempre es valiosa, sea quien sea y hoy más que nunca se percibe la falta de seguridad y justicia.

La ciudadanía exige principios y valores en la raíces del Estado, para revertir las estructuras mafiosas que tienen cooptado todo el sistema del país. Y que incluso han contaminado a la sociedad guatemalteca a todos los niveles.

Hoy estamos pagando una factura muy cara, por haber dejado pasar a otros gobiernos corruptos que hicieron barbaridades, sin que la ciudadanía alzara su voz y les pusiera un alto en su momento. Tristemente los candidatos actuales están contaminados. Basta examinar los nombres que figuran en los listados a diputados al Congreso para darse cuenta de que no se les quitarán tan fácilmente las intenciones mafiosas. La mayoría son personas de poca moral y ética. Entonces, ¿qué nos espera, más de lo mismo? El pueblo ya no está dispuesto a tragarse este bagazo de corruptos e inmorales ni un minuto más. En cuanto al sistema judicial se exige una total depuración, que procure un órgano independiente, digno y eficiente. Que garantice un alto a la impunidad y nos proporcione un clima de certeza jurídica.

Urge establecer los mecanismos de transparencia que aseguren probidad y eficiencia del gasto público. Ya no les toca a los politiqueros sucios y demagogos seguir en el poder, este es el momento de Guatemala, una nación rica en recursos naturales y gente buena.

imagen_es_percepcion@yahoo.com

ESCRITO POR:

Brenda Sanchinelli

MSc. en Relaciones Internacionales e Imagen Pública. Periodista, experta en Etiqueta. Dama de la Estrella de Italia. Foodie, apasionada por la buena mesa, compartiendo mis experiencias en las redes.