Bautizos de excremento
Ese es el comportamiento grosero y enfermo de los encapuchados al “bautizar” o darle la bienvenida a los estudiantes nuevos, sean hombres o mujeres. La práctica ha incluido piletas con sangre de animal, con mezclas de ajo y otras sustancias irritantes, donde obligan a los estudiantes de nuevo ingreso a sumergirse. Los encapuchados responsables se merecen no solo el repudio, sino también las acciones legales que corresponden a estas acciones para sentar un precedente penal que disuada las prácticas humillantes y enfermas que han convertido la “tradición” en descarada humillación y suplicio.
Según el estudio “Comprender para actuar —2013—”, de la Universidad Pontificia, en Madrid, España, las víctimas de estos “recibimientos” deben soportar esas penalidades, no para entrar en la institución, sino para ganar la aprobación del grupo dominante. El estudio sirvió como base para la prohibición total de los “bautizos” en los colegios mayores de España.
El Rector de la Universidad de San Carlos de Guatemala (Usac), doctor Carlos Alvarado Cerezo, declaró recientemente que estas prácticas están prohibidas y que se investigará a los responsables de cometer estas vejaciones. Lamentablemente todos sabemos que nada pasará.
Los encapuchados no se pueden identificar. La única manera sería emular lo que las universidades de otros países llevan a cabo para mantener el orden y velar por el cumplimiento de las normativas internas por medio de sus sistemas de seguridad propios. Simplemente detienen a quienes las violan.
¿Habrá posibilidad de que algo similar ocurra en la Universidad de San Carlos? Es poco probable. Hay toda una subterránea operación de intereses económicos en la Usac. El chantaje público vendiendo sus boletines, el cobro bajo amenazas a los comercios, so pena de manchar con grafiti sus paredes o causarles daño, son solo la punta del iceberg.
La Universidad recibirá este año Q1 mil 749 millones. Una suma cuantiosa. En los últimos 10 años habría recibido no menos de Q10 mil millones.
¿Hay rendición de cuentas? ¿Cuándo ha ingresado la Contraloría de Cuentas para llevar a cabo una auditoría de ese enorme caudal financiero? Nunca.
Por esa razón los bautizos de excremento no cesarán. Seguirán impunemente hasta que en algún lejano día alguien ose reconocer a algunos de los encapuchados y, en forma individual, caso por caso, se les someta a los tribunales. Sentar precedente ayudaría para evitar los excesos mayores.
Pero, realmente, la única esperanza que todos abrigan es que se genere un movimiento estudiantil de dignificación a lo interno en la Universidad que se enfrente a los grupúsculos encapuchados.
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