FAMILIAS EN PAZ

Clamor por Guatemala

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A Dios rogando… porque vienen dando fue el titular de un diario en España, aludiendo al hecho de que el jefe del Gobierno desayunaba tranquilamente, en tanto la bolsa registraba una caída drástica que presagiaba una crisis económica de grandes dimensiones.

En algunas ocasiones vemos acercarse la tormenta y no hacemos nada por resguardarnos, dejando que las cosas sigan su curso. Toda crisis, moral, política o económica no se desarrolla de la noche a la mañana sino a factores que consideramos sin importancia o nos son indiferentes. Un divorcio, por ejemplo, no se concreta por situaciones triviales sino debido al deterioro en la relación desde tiempo atrás.

Aun cuando la situación sea difícil, llega un momento en el que debemos actuar con determinación, convirtiéndose en un acto de contención que nos permite cambiar el curso de la historia. Guatemala está en un punto de inflexión: o actuamos ahora o perderemos una valiosa oportunidad para cambiar el curso de las cosas. Un gran paso han sido las manifestaciones legítimas de la sociedad civil en contra de la corrupción en el gobierno y la política. Otro lo ha dado la iglesia cristiana, desde su propio campo de acción: la oración. Desde el pasado lunes dio inicio el movimiento “GuateOra”, con el propósito de que en todos los rincones del país nos unamos durante 40 días a orar por las necesidades de nuestra nación.

Se trata de una iniciativa apolítica, que nace en el corazón de guatemaltecos que anhelan ver cambios positivos y que cohesionaron a cuatro organizaciones cristianas de mayor representatividad en el país: el Presbiterio Cristiano de Guatemala, Consejo Apostólico de Guatemala, Alianza Evangélica de Guatemala y la Asociación de Ministros Evangélicos de Guatemala.

Parten del hecho de que todo guatemalteco tiene el anhelo de vivir en justicia y paz y del texto de las Escrituras donde establece que la tierra es sanada cuando el pueblo reconoce su necesidad, se humilla ante Dios, ora y se aparta de sus malos caminos.

Son tres los pasos que debemos dar. El primero es reconocer la necesidad, segundo es orar y el tercero es cambiar nuestra conducta, viviendo de manera coherente con principios y valores para que cada decisión y acción se caractericen por la integridad y la justicia iniciando en nuestro círculo íntimo: en el hogar, con nuestra familia, para luego extenderse a todos los ámbitos donde nos desenvolvamos: en el trabajo, la escuela, gobierno o en la iglesia.

De esta manera nos convertimos en agentes de cambio, porque nuestro actuar afectará de manera positiva todas nuestras relaciones. La fe debe transformar primero al individuo, luego estos cambios se verán reflejados en la sociedad. Guatemala cambiará cuando cada uno de nosotros determine actuar con base a una ética inquebrantable, mostrando coherencia entre su vida privada y la pública.

El país nos necesita, doblemos rodillas, pero al levantarnos actuemos con justicia.

Visita www.guateora.org para unirte a esta iniciativa.

platiquemos@familiasenpaz.com

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