CABLE A TIERRA

A la puerta de la post-pandemia covid-19

Finalmente se ve la luz luego de 3 años de una pandemia que ha dejado un rastro a la fecha de al menos 685.064,148 millones de casos documentados y 6.838,185 de fallecimientos reconocidos como covid-19. El 11 de abril solo se reportaron 32 mil casos nuevos y 104 muertes por la enfermedad acaecidas en las últimas 24 horas. Sin duda, la vacunación, hecha a una escala sin precedentes, ha hecho la diferencia: a la fecha, el 64.5% de la población total (5.1 mil millones) contaban con al menos dos dosis de vacuna. Un poco por debajo de lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) —70%—, pero que evidentemente ha logrado un impacto favorable en el acortamiento del período pandémico.

' La ciudadanía no debe quedar ajena a la negociación del “Tratado Pandémico”.

Karin Slowing

Estos datos nos sirven también para anticipar que estamos a las puertas de que la OMS emita una declaratoria de cese de pandemia o de cese de la “Alerta Sanitaria Internacional” como se le ha llamado. Obviamente, no basta con los datos epidemiólogos. En el manejo de una situación de esta envergadura pesan también, y a veces más, los factores políticos y económicos, y hasta los culturales. Esto lo hemos constatado a lo largo de estos últimos 3 años.

Que el gobierno norteamericano ya haya dado fin oficialmente a la emergencia nacional por la covid-19, y que muchos otros países extraoficialmente ya lo han hecho también, presiona más a la OMS a cesar la Alerta Sanitaria Internacional. Sin embargo, hay muchas interrogantes sobre lo que se puede esperar en la era post-pandemia: ¿Qué pasará con los precios de los insumos para testeo, vacunas y medicamentos para la covid-19 con el cese de esta declaratoria? ¿Cómo van a enfrentar los países el alza voraz de los precios que se anticipa una vez se liberen las restricciones? ¿Se compartirán patentes, tecnología y capacidades con los países para fortalecer la producción regional de vacunas y otros insumos de biotecnología? ¿Se instalará un sistema global de vigilancia epidemiológica? ¿Se dará verdadero apoyo al fortalecimiento de los sistemas públicos de salud? ¿Qué pasará con los factores estructurales que incrementan los riesgos de pandemias, como el cambio climático y la destrucción y/o transformación de los ecosistemas que favorecen las zoonosis?

La OMS ya está discutiendo activamente algunos de estos asuntos con los Estados, con vistas a llegar a acuerdos que se plasmen en un “Tratado Pandémico”, y en modificaciones al Reglamento Sanitario Internacional. Esta negociación incluye también lo referente al papel y responsabilidades de la industria farmacéutica y de biotecnología para con la comunidad global.

Organizaciones de sociedad civil y personalidades a nivel mundial ya se han pronunciado con respecto a los contenidos actuales del borrador del Tratado; éste no puede ignorar que uno de los mayores problemas que se enfrentaron son las desigualdades de acceso y distribución de los bienes de salud, a pesar de haber sido creados, en buena medida, con financiamiento público; que pesaron demasiado las debilidades estructurales de los sistemas de salud, pero también por las decisiones coyunturales de “liderazgos” que antepusieron otros intereses. Se requieren además cambios sustantivos en las dinámicas depredadoras que están acabando y/o transformando los ecosistemas. Estos temas deben tener contundencia en el Tratado Pandémico, si realmente se quiere mejorar la capacidad de respuesta mundial, regional, nacional y sub-nacional frente a amenazas de salud de gran escala.

Sin embargo, si bien lo que se acuerde a nivel mundial será fundamental, también se necesita hacer un esfuerzo nacional similar pues si nuestro lastre ya era gigante en materia de salud, en esta nueva etapa adquirirá todavía mayor complejidad.

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