Pluma invitada
Alimentación escolar: la ley brasileña que hizo eco en la región
En 2009, Brasil se convirtió en el primer país de la región en contar con un marco normativo cuyo objetivo central era garantizar una alimentación saludable y nutritiva en las escuelas.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) se sumó este mes a la celebración de los 15 años de la promulgación de la Ley de Alimentación Escolar de Brasil, que marcó un hito para el impulso de la alimentación para niños, niñas y jóvenes en todo América Latina y el Caribe.
En la región, otros países han aprobado sus leyes de alimentación escolar.
En 2009, Brasil se convirtió en el primer país de la región en contar con un marco normativo cuyo objetivo central era garantizar una alimentación saludable y nutritiva en las escuelas. Hoy, el programa ofrece alimentos a más de 40 millones de estudiantes de escuelas públicas de ese país.
Gracias al éxito de esta iniciativa, seis países de América Latina siguieron esta ruta, tomando conciencia de que el principio de una alimentación adecuada contribuye al desarrollo físico y cognitivo y a la mejora del rendimiento escolar, además de ser una estrategia de seguridad alimentaria y nutricional para niños, niñas y jóvenes.
Por ejemplo, en Guatemala el proceso de la aprobación de la Ley de Alimentación Escolar se inicia en 2014, como un proyecto piloto en el departamento de Huehuetenango y que luego se replicó en otras seis escuelas de los municipios de Tejutla y Tacaná del departamento de San Marcos. Esta acción fue apoyada por la Cooperación Internacional Brasil-FAO y tomó como referencia la experiencia brasileña.
Esto permitió mostrar que una nueva forma de garantizar la alimentación en las escuelas del país era posible, y facilitó la presentación de la propuesta de ley que se aprobó en octubre de 2017 en coordinación con el Mineduc y el Maga, el Congreso de la República, el Frente Parlamentario contra el Hambre, padres y madres de familia y los productores de la agricultura familiar.
El programa de alimentación escolar de Brasil, que actualmente ofrece alimentos a más de 40 millones de estudiantes de escuelas públicas de ese país, sigue siendo un incentivo para que otros países de América Latina y el Caribe inviertan en la garantía de oferta de alimentación a todos los estudiantes, así como en la implementación de acciones de educación alimentaria y nutricional (EAN).
Un ejemplo concreto de estas acciones son los huertos escolares presentes en muchas escuelas que, además de ser herramientas de aprendizaje y de formación de hábitos alimentarios saludables, también estimulan valores como el trabajo colectivo, el respeto a la tierra y la valorización de la agricultura familiar en la producción de alimentos.
Desde el 2009, alianza entre la Agencia Brasileña de Cooperación del Ministerio de Relaciones Exteriores (ABC/MRE), el Fondo Nacional de Desarrollo de la Educación (FNDE) y la FAO, en el marco del Programa de Cooperación Internacional Brasil-FAO, ha difundido y compartido buenas prácticas de apoyo al fortalecimiento de la alimentación en otros países de la región.
En la región, otros países han aprobado sus leyes de alimentación escolar: Panamá, Bolivia, Ecuador, Honduras y Paraguay. Mientras que otros tres están tramitando proyectos de ley: El Salvador, Chile y República Dominicana.
Estos 15 años de cooperación internacional en alimentación escolar han contribuido a compartir las experiencias con otras naciones, haciendo que muchos países conviertan sus programas de alimentación escolar en una política de Estado.
Gracias a los esfuerzos de la cooperación Sur-Sur entre Brasil y la FAO, en 2018 se creó la Red de Alimentación Escolar Sostenible (RAES), una iniciativa que ya ha contado con la participación de 26 países de la región, quienes dialogan sobre alimentación escolar, mejoramiento de la política pública y sus marcos normativos.
La Ley de Alimentación Escolar brasileña ha transformado la calidad de la alimentación no solo en ese país, sino también ha sido un aporte y una referencia para las poblaciones de los países que han replicado ese esfuerzo. Hoy la iniciativa representa un programa sostenible e inclusivo, alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), fortaleciendo una importante política pública de apoyo a la seguridad alimentaria y nutricional.
La FAO celebra el aniversario de 15 años de esta ley brasileña, destacando su relevancia en la construcción del paradigma que establece el derecho humano a una alimentación saludable y adecuada para todos los estudiantes en el período escolar. Hoy es un derecho inalienable y prácticamente, indiscutible. Este avance representa una importante construcción histórica de nuestro tiempo, no solo por su amplitud y calidad, sino, sobre todo, por el impacto internacional que ha alcanzado, dada su consistencia y pertinencia.