SI ME PERMITE

Alineémonos con la verdad aun cuando nos duela

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“Hiéreme con la verdad, pero nunca me hagas sentir bien con una mentira”. Ismael Mejía

Vivimos en una sociedad que nos requiere una manera de interrelacionarnos, y a veces tenemos la intención de proyectar una imagen que en ese momento no tenemos. Lo que hacemos es recurrir a la mala práctica de ocultar la verdad y proyectar algo que a todas luces es una mentira, sin tener en mente que la vida continúa y en algunos casos se hace difícil ocultar la verdad al extremo de que nos condenamos con nuestra propia mentira.

' Las verdades que nos producen dolores deben generar en nosotros cambios positivos.

Samuel Berberián

Debemos recordar que nuestras relaciones personales nos hacen conocidos entre los demás por el modo en que manejamos las verdades y lo que somos, porque nunca falta una ocasión en que necesitamos ser recomendados o bien preguntan de nosotros, y los que nos conocen deberán decir la imagen que les hemos proyectado y en la manera como nos han llegado a conocer.

Obviamente será incómodo cuando se refieren a nosotros en los términos de que es necesario verificar si lo que hemos dicho es veraz o simplemente lo dijimos por una conveniencia personal, o por salir del paso.

La vida es semejante a la construcción de una pared, donde se pueden percibir las hileras de ladrillos bien colocados con una excelente prolijidad. Pero la pregunta es si esa pared tiene suficiente fundamento para resistir y así conservarse con la belleza y utilidad por la cual fue construida.

Semejante a esa pared son nuestras relaciones interpersonales, las cuales, si están fundadas en la verdad, por incómodo o conflictivo que sea, nuestro camino tendrá la suficiente claridad para que podamos avanzar. De lo contrario, la falta de verdad nos va a dejar a mitad de camino y también frustrados porque lo que nos habíamos propuesto solo quedó en un sueño, por la razón de que estaba carente de verdad.

Debemos recordar que cuando planteamos la verdad, esta en ningún momento debe ser defendida. Simplemente el tiempo la tendrá en una constante realidad. Aun cuando nosotros no estamos para defenderla, ella se sabrá defender. Por esta razón fundamental, el razonamiento de alinearse en la verdad está fundado en que esta ayer, hoy o siempre será la misma.

Por esa razón, cuando en algún momento ocultamos o mentimos, tenemos que estar en guardia, a la defensiva, para que no descubran que lo que habíamos dicho no era una absoluta verdad. Esto se aplica no solamente a lo que somos y hacemos, sino también a lo que pensamos y decimos de aquellos que nos rodean.

En esta afirmación llegamos a la conclusión de que, estando alineados con la verdad por encima de la opinión de terceros, nosotros vivimos con una salud mucho más equilibrada y minimizando la preocupación del qué dirán o la opinión que tendrán de mi persona. Esto es porque lo que soy, digo y hago tiene una armonía manifiesta a mi favor.

Un ejemplo: habiendo pasado de los 80, me gustaría proyectar vigor y entusiasmo de una persona joven, pero muy pronto será evidente que mi juventud quedó atrás. Por esta razón, en algunas ocasiones, cuando tengo que ir a una oficina para algún trámite, y como todos los demás estoy esperando mi turno, me llama la atención que de alguna ventanilla me hacen la seña para que me adelante y me atiendan. Esto se agradece cuando uno vive y acepta la verdad que uno tiene.

ESCRITO POR:

Samuel Berberián

Doctor en Religiones de la Newport University, California. Fundador del Instituto Federico Crowe. Presidente de Fundación Doulos. Fue decano de la Facultad de Teología de las universidades Mariano Gálvez y Panamericana.