“Muy noble y muy leal ciudad de Santiago de los Caballeros de Guatemala”, primer nombre oficial histórico, fue el primer asentamiento permanente con calles y plazas que estableció Jorge de Alvarado, hermano de Pedro de Alvarado, el 22 de noviembre de 1527, en el lugar donde se encuentra actualmente San Miguel Escobar, cercano a Ciudad Vieja, Sacatepéquez, en el Valle de Almolonga.

La historia está para que formemos parte de ella. El 26 de octubre de 1979, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) declaró patrimonio cultural de la humanidad a la ciudad colonial de Antigua Guatemala (¡tremenda responsabilidad!).

Antigua ha significado un aporte para la economía nacional, y está en peligro de desaparecer ante un manoseo de personas sin conocimiento que están a punto de hacerla perder su calidad, por lo que hay que honrarla y garantizar su función y forma, fuentes de trabajo y servicios a sus habitantes.

Se deberá empezar por su historia urbana y arquitectónica, en especial la vivienda, que determina ese carácter y estructura de la ciudad. Mejorar las vías de circulación peatonal y vehicular, en un sistema sobre los protocolos del covid-19, en que las distancias entre personas es de 1.5 m y en espacios cerrados, no más de 10 personas, continuando con la puesta de mascarilla en reuniones de ese tipo. Con edificaciones eficientes en amplitud, ventilación y soleamiento que respondan a un correcto diseño ambiental, que prácticamente es regresar a los valores originales de la vivienda.

Hay que ver la cantidad de automóviles que circulan con el fin de tomar una decisión en lo que respecta al tránsito para la mejor conservación del uso de suelo en los monumentos urbanos. Los espacios públicos, interacción social, la cantidad de lo verde urbano dentro de las viviendas, “los patios”. Revisar los residuos sólidos y manejo de estos, etc. Estos fueron algunos de los planes urbanos originales “no negociables”.

Los expertos pronostican “que las ciudades actuales deberán incorporar una perspectiva más social, acercando los servicios a las zonas de residencia, limitando al mínimo los desplazamientos obligatorios y teniendo en cuenta la sostenibilidad, por medio de los “dark store”, que es un almacén establecido para la captación y envío de los pedidos que llegan desde una plataforma digital. Redefinir la planificación con base en los protocolos urbano-arquitectónicos establecidos por el covid-19. Pero faltan acciones para garantizar la conservación de este patrimonio urbano-arquitectónico, natural y cultural.

Durante años se han realizado muchos esfuerzos con organizaciones internacionales y asociaciones locales sin resultados concretos, como Salvemos Antigua, un foro permanente con el tema del esquema de un plan de ordenamiento territorial, un esfuerzo a cargo del arquitecto Magaña, quien expresa que “la ciudad sigue a la deriva y a merced de quien la quiera explotar comercialmente”. Quienes han aportado su tiempo y trabajo con la mejor de las intenciones en búsqueda de soluciones para Antigua.

Por mi parte, he trabajado sobre la Antigua desde mi tesis de graduación, en 1967, con: “La vivienda en Antigua y la ciudad.”, biblioteca Usac; como profesional en el Infom, con el primer Plan Regulador de la Antigua, en 1967; el Esquema de Ordenamiento Territorial”, junto a la arquitecta Asencio y el arquitecto Azpuro (QEPD), sobre el segundo Plan Regulador de la Antigua, Municipalidad de Antigua Guatemala, 2003. Y un folleto educativo, síntesis, Comprendiendo la Antigua. AYC (inédito).