ESCENARIO DE VIDA
Australia en llamas
Llevo desde hace 20 años escribiendo y hablando sobre el peligro del cambio climático. He escrito innumerables columnas sobre el tema de los incendios forestales y he grabado películas, documentales y programas televisivos sobre este tema que agobia al planeta entero. Pero aún así, tristemente mi voz no ha sido suficiente. Seguimos quemando y destruyendo nuestros bosques, saqueando nuestros recursos naturales, matando especies en peligro de extinción, desperdiciando el líquido vital y contaminando nuestros suelos y nuestro oxígeno.
' La vulnerabilidad climática, con sequías extremas, ha propiciado que esos fuegos se propaguen.
Vida Amor de Paz
En Guatemala, como en el resto de Centroamérica, México y Brasil, hemos venido sufriendo de tenebrosos incendios forestales año tras año. Poco a poco se ha venido incrementando el calor que sentimos, por la reducción del manto verde. Las razones han sido, lamentablemente, por falta de responsabilidad y conocimiento que lo que estamos destruyendo es el futuro de nuestros hijos.
En Guatemala, el 99% de los incendios son provocados, pero aunque aceptemos ese hecho infame, las condiciones del tiempo y la vulnerabilidad climática, con sequías extremas, han propiciado que esos fuegos se propaguen.
Lo mismo estamos ahora observando en Australia, donde un gran porcentaje de ese hermoso país está en llamas. El cielo se ha oscurecido y en vez de un azul celestial, ahora se ha teñido de rojo, como si fuese la sangre del planeta que apunta al cielo para escribir su dolor. A medida que las ráfagas de viento alimentan el fuego de forma exponencial, los habitantes de Australia lloran impotentes ante dicha calamidad, viendo cómo su país se consume en llamas.
Platicando con el Dr. John Kermond, oriundo de Australia y exdirector de Outreach NOAA (National Oceanic and Atmospheric Administration), me describe la situación como fuera de lo normal. “Los incendios en Australia son causados por rayos y/o incendios provocados. El país ha tenido una sequía sostenida de tres años. Los árboles de eucaliptos caen todo el año, por lo que el suelo cercano está cubierto de hojas y ramas secas. En otras palabras, ¡combustible para incendios!”
No fue ni necesario preguntarle si estos incendios eran producto del cambio climático, pues es más que evidente, por las sequías extremas. “La mayoría de los incendios se producen en parques estatales o nacionales, con muy poco acceso, muy poca agua y un servicio de bomberos en su mayoría voluntario que ha sido estrangulado sin obtener los fondos necesarios durante la última década”, menciona Kermond. Además apunta a que los factores climáticos son reales por las altas temperaturas diarias y por los vientos, que son excepcionales en su velocidad. Kermond, quien ama a su país de origen, no deja de lamentar el suceso, pues me consta que él ha sido un científico dedicado al clima y sigue siendo uno de los mejores conocedores del cambio climático.
Australia siempre ha tenido incendios forestales, pero este año son mucho peores que lo normal y lo confirman tristemente las imágenes que todos hemos visto en las noticias. Así que no me dejarán mentir que la causa inmediata de los incendios es naturalmente el clima y un fenómeno conocido como dipolo del océano Índico, o El Niño Indio. Lo triste es ver en algunas noticias estadounidenses cómo evitan decir que el cambio climático es el responsable, apuntando a que solamente se trata de personas que le han prendido fuego al bosque.
Las llamas son especialmente devastadoras para la vida silvestre, pues es más fácil que rescaten a un humano que a una madre canguro con su bebé. Imagino que para científicos australianos del clima como Kermond no hay palabras para aliviarles su dolor.