SI ME PERMITE
Avanzar a pesar de las circunstancias es madurez
“Lo que hace falta es tratar de someter a las circunstancias, no someterse a ellas”. Quinto Horacio Flaco
Si cada día tenemos una agenda que tenemos que cumplir, es muy probable que sea más fácil ir de un compromiso a otro para poder ser responsables y puntuales en lo que se nos está pidiendo hacer, pero si fuera el caso de que somos los jefes de nuestra propia tarea las cosas cambian porque debemos exigirnos si queremos lograr lo que nos hemos propuesto y de ese modo tener la gratificación como también la recompensa de nuestro trabajo.
' Las circunstancias del presente no deberían condicionarnos para alcanzar nuestras metas trazadas.
Samuel Berberián
Muchas veces los compromisos se adquieren posiblemente con mucha ligereza y luego cuando llegamos a la etapa del cumplimiento las cosas no se miran tan simples, pero si nos exigimos podemos cumplir y probablemente aprender de nuestra propia manera de hacer las cosas para tener una mejor planificación para compromisos futuros.
Es muy certero el dicho de nuestros mayores que nos estimulaban a avanzar a pesar del estado de ánimo y lo difícil del proceso. Por ejemplo, aquel que se fija en el clima, ni prepara la tierra ni tendrá mayor cosa para cosechar, pero la disciplina y constancia le permiten avanzar paso a paso por encima de las circunstancias que tiene que enfrentar. Las metas se alcanzan un paso a la vez, pero con persistencia y no prestando atención a muchos detalles que otros nos apuntan, que para nosotros no deben ser justificaciones para dejar de avanzar.
Es importante ser persistentes y no cambiar nuestras metas simplemente para facilitar el proceso que nos hemos trazado, pero si el cambiar las metas es para avanzar más lejos y ser mejores se justifica. Claro está que debemos conocernos, no solo en las fortalezas que tenemos, sino también en las limitaciones, que son parte de nosotros y saber cómo ir superándolas paso a paso.
Entendemos que la determinación que tenemos en nuestro interior es como un motor que debemos usarlo sabia y cuidadosamente, no para poder presumirlo, sino para tener la fuerza de lograr lo que nos hemos propuesto. Esta determinación es la que agrega velocidad en nuestro avance porque estamos preparados y capacitados para lo que nos hemos propuesto. Recuerdo cuando me desafiaban con la ilustración de la tortuga, que con la perseverancia llegaba más rápido y el conejo, por ser confiado, quedaba atrás. Muchos de los que nos rodean aparentemente no tienen muchas posibilidades en lograr algunos de los objetivos que se han propuesto, pero la persistencia y disciplina les da más ventaja que los que tienen el potencial pero se confían.
Cuando nos hemos propuesto metas y estamos determinados a lograrlas, es sabio no estar muy atrapados en opiniones de otros. No quiere decir que no se les escuche; se les escucha y también se evalúan, porque las opiniones que se nos dan fueron elaboradas en lo que ellos estarían haciendo si estuvieran en nuestro lugar, pero eso no implica que sean nosotros.
Si la determinación está enfocada en el avance, cuando se está dando este paso se tiene claro cuál será el próximo. Igual si estoy en un proyecto, estoy visualizando cuál será el próximo en prioridad. Por ello avanzar es como una cadena de actos claramente vistos y ordenados de modo que el logro y la meta nunca es una suerte y coincidencia, sino una clara gratificación del esfuerzo invertido.