A CONTRALUZ

Biden y el patio trasero de Estados Unidos

|

La llegada del demócrata Joe Biden a la presidencia de Estados Unidos genera expectativas en el patio trasero centroamericano. Sobre todo, después del desastre de la política exterior hacia Latinoamérica del expresidente Donald Trump. Es difícil olvidar que el exmandatario catalogó a Guatemala como un shithole country. Lo mejor para él es que nunca hubiéramos existido para no ir a ensuciar su imperio, olvidando que millones de migrantes centroamericanos han contribuido a la economía y grandeza de la potencia del norte. La administración republicana ahogó la lucha contra la corrupción que encabezaba la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig), gracias a que se puso del lado del sector empresarial y el gobierno lacayo de Jimmy Morales. Eso determinó que las mafias recuperaran espacios y mantuvieran el alto nivel de corrupción en el país. El resultado es que Guatemala está hoy en manos de una alianza corrupta con tentáculos con el crimen organizado.

' Migración, narcotráfico y corrupción estarían en el radar del nuevo gobierno estadounidense.

Haroldo Shetemul

La administración de Biden tendrá frente a sí a un presidente guatemalteco aliado a partidos políticos que han hecho piñata los recursos del Estado. Alejandro Giammattei fue apoyado durante la segunda vuelta electoral por la Unión del Cambio Nacional (UCN) y la alianza se mantiene en el Congreso. Desde antes de que su líder, Mario Estrada, fuera detenido en Estados Unidos por vínculos con el narcotráfico se sabía que era un partido vinculado con el crimen organizado. El martes pasado esa situación pareció confirmarse, con la captura de Henry Hernández, hermano de la diputada Sofía Hernández, y Carlos Preciado, alcalde de Ocós, San Marcos, y hermano de la diputada Vivian Preciado. Ambas parlamentarias son de la UCN. Hernández es la primera vicepresidenta del Legislativo. ¿Se sentirá cómodo el nuevo presidente de Estados Unidos de tener como socio en Centroamérica a un gobierno que está aliado a un narcopartido y que tolera la corrupción y la impunidad a todo nivel?

Hay una diferencia sustancial entre el expresidente Trump y el nuevo mandatario estadounidense. El primero no le prestó importancia a la región latinoamericana, mucho menos al shithole centroamericano. Es obvio que la región no es fundamental en el tablero geopolítico de Washington; desde hace tiempo dejó de tener importancia en términos estratégicos. Biden tiene una ventaja porque conoce la región. Cuando fungió como vicepresidente, durante la administración de Barack Obama, el ahora presidente viajó a varios países latinoamericanos y participó en el impulso del Plan Colombia. En marzo del 2015 estuvo en Guatemala y, entre otras actividades, hizo una visita a la Municipalidad de Villa Nueva. Es sintomático que en el nuevo gobierno norteamericano estará el colombiano Juan Sebastián González como asesor de Seguridad Nacional para el Hemisferio Occidental, lo que significa que habrá más cercanía hacia la región.

¿Qué se puede esperar? Centroamérica está en el radar de Washington por tres problemas: migración, narcotráfico y corrupción. La actual caravana de hondureños que han sido recibidos a garrotazos en Guatemala es una muestra de que es urgente un cambio de política estadounidense hacia la región para lograr revertir las causas socioeconómicas que generan la migración. Lo mismo sucede con la infiltración del crimen organizado en el país, porque no se trata solo del control del territorio nacional, sino que los narcos ya ocupan espacios en la estructura del poder del Estado. La corrupción determina el desvío de recursos a los bolsillos de la cleptocracia y también genera espacios para que el crimen organizado se infiltre en el Estado. De ahí que la seguridad de Estados Unidos en la región pasa necesariamente por el combate frontal del narcotráfico y la corrupción.

ESCRITO POR:

Haroldo Shetemul

Doctor en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Pontificia de Salamanca, España. Profesor universitario. Escritor. Periodista desde hace más de cuatro décadas.