Si me permite
Cada día debe celebrarse como Día de la Madre
Los recuerdos se construyen con vivencias que se tienen por la rutina de lo cotidiano.
“Los brazos de una madre están hechos de ternura y los niños duermen profundamente en ellos”. Víctor Hugo
Cuando estamos hablando de que hay que celebrar, porque nosotros los seres humanos visualizamos las celebraciones como algo muy especial, lo cual no debe pasar por alto, se entiende que esto debe ser un reflejo de lo que se vive a diario. Por ello nos lleva en un momento hacer de la celebración un acto de reconocimiento y aprecio por lo que se ha vivido. De lo contrario, la celebración deja de tener un sentido, que es producto de la relación, y es simplemente un mero cumplimiento de una obligación.
El porvenir de cada uno de nosotros, de alguna manera, fue la hábil creatividad de una buena madre.
Cuando se tiene una convivencia armónica, está acompañada por una tarea diaria con un plan formativo, el cual se habrá de evidenciar el resto de la vida. Aun cuando la madre ya no está presente, su tarea queda manifiesta en cada detalle de lo que se está haciendo. Esto hace evidente que la tarea de una madre en los años de la crianza no siempre es entendida y posiblemente en algunos casos mal interpretada, pero el tiempo con mucha facilidad demuestra cuando lo que se ha hecho fue de una manera no solo correcta, sino de un modo responsable.
Aquellos que tienen el privilegio de tener la madre con ellos, cada día debe de ser una buena oportunidad de reconocer y agradecer su trabajo. Esto en ningún momento se está afirmando que la persona es perfecta y todo lo que hace está libre de alguna equivocación. Por el contrario, reconocemos sus limitaciones como todo humano lo tiene y que por ello se necesita la comprensión y apoyo para que la tarea sea más llevadera y pueda lograr los resultados que cada familia está anhelando.
Seguramente todos admitimos y entendemos que cada familia es un mundo diferente y por ello cada madre tiene una tarea titánica en la formación de sus hijos. Muchos pueden dar consejos de cómo puede mejorar la tarea que está llevando a cabo, pero al escuchar los consejos o bien las sugerencias cada mujer debe saber interpretar lo que se le dice y ver hasta qué punto lo que le están diciendo puede aplicarse a sus hijos. El dar consejos es muy fácil y en especial para que otros lo tomen en cuenta, pero el mejor de los consejos es lo que uno vive y hace para que otros puedan asimilarlo.
En nuestros días, la familia, como una unidad y un núcleo de la sociedad, está de tal forma deteriorada para muchos, si bien hay casos de familias donde generan admiración y respeto por el modo no solo ordenado que llevan la vida, sino también demostrando que son unidades familiares que se adscriben a principios, los cuales en ningún momento son negociables. Por esa razón se destacan en el medio en el cual conviven y son ejemplos dignos de ser imitados para que los principios que ellos reflejan puedan ser considerados en las familias que se relacionan con ellos.
Sería ideal que cuando estemos planificando la celebración del Día la Madre de este año lo hagamos de modo que el mejor regalo que se pueda llevar sea una sanidad en las relaciones y una determinación en mejorar las relaciones para que cuando los años pasen y ella no está físicamente con ellos se pueda recordar lo bueno y gratificante que fue el tiempo en que se vivió con ella y no tener que lamentar cargos de conciencia, los cuales se pueden remediar y mejor evitar.