ESCENARIO DE VIDA
Cómo erradicar el miedo de nuestras vidas
¿Qué podemos decir sobre las noticias de miedo y odio que nos inundan día a día por las redes sociales? Muchas son noticias falsas que nos hacen más vulnerables y propician que se propague el odio en el mundo. ¿No será que los casos de covid-19 se expanden por consecuencia del miedo? Si caemos en ese jueguito estaremos echando más leña al fuego del mal y crearemos más desaliento. Seremos alcanzados por el búmeran que está llevando caos al planeta. Por ejemplo, la violencia o corrupción que vemos en los delincuentes, mareros y algunos políticos o servidores públicos ciertamente proviene del miedo. Miedo a no ser exitosos, ricos, afortunados, y miedo a no poder conseguir hacer sus sueños realidad con sus propios esfuerzos.
' El mal del mundo se gesta por el odio, y este se deriva del miedo.
Vida Amor de Paz
Por todo esto, les contaré que a principios de los 1990 yo estaba en una iglesia cuando entró un terrorista con mirada turbia que dijo que quería hablar conmigo y que yo le dijera quién era Dios. Si yo no le daba la respuesta correcta, haría volar la iglesia y a todos los que estábamos dentro, incluso mi bebé, que estaba en un carruaje. Yo sabía que no debía sentir miedo, pues generaría más violencia. Él llevaba una granada, y una ametralladora en una bolsa, y dijo haber puesto una bomba hacía un par de horas en un puente. Quería saber si debía arrepentirse de sus acciones, pero decía que dependía de mí convencerle de que Dios existía.
¡Qué gran pacaya la que caía sobre mis hombros! Amenazó con que nos haría volar en mil pedazos si llamaba al ejército o a la policía. Traté de calmarlo y le dije que Dios le amaba y todos en esa iglesia también le amaban. Entonces pedí cerrar la puerta de la iglesia para su tranquilidad. Procedí diciéndole que Dios era amor y que nos rodeaba a todos sin distinción. Le dije que todos en esa iglesia estábamos allí para buscar a Dios, al igual que él. No dejé que el miedo me invadiera ni por un segundo y esperé las palabras correctas para replicarle. Luego pedí a otros en la iglesia que me apoyaran.
Nos sentamos junto a él y cada quien habló de lo que Dios significaba para cada uno. En ese momento dejó sus armas en el suelo y accedió a rezar con nosotros. Cuando abrió los ojos, su mirada ya era otra. Agradeció de forma sincera, le abrimos la puerta y se despidió. Los siguientes dos o ters domingos llegó y se sentó en la última butaca a humildemente escuchar el sermón.
¿Pero qué hubiese pasado si yo hubiera sentido temor u odio? Se lo hubiese transmitido a él y al resto de la Congregación. El miedo pudo haber desencadenado terror y muerte. Seguramente los pensamientos puros y amorosos que tuvimos para con este hombre le ayudaron a comprender que Dios le amaba y esto produjo una especie de curación espiritual en él. Todos estamos propensos a sentir miedo de pescar el virus, o miedo por la incertidumbre de poder mantener nuestros empleos o negocios, o miedo a no ser amados o correspondidos. ¿Qué hay que hacer? Sencillamente no jugar el juego del miedo, el resentimiento, el reclamo, la revancha o el odio.
Hace unos días me aventuré a tomar un avión de Copa, para reunirme con mis hijos que radican en Estados Unidos, y no permití que me venciera el miedo a ser contagiada por el coronavirus. Investigué sobre las medidas de protección que han tomado los aeropuertos y líneas aéreas y me puse dos mascarillas y una careta, pero lo más importante fue saberme protegida por Dios.
Acompáñenme hoy en mi travesía desde el aeropuerto La Aurora, pasando por Panamá y llegando a Orlando. Lo verán en Los Secretos Mejor Guardados, a las 2.30 y 9:30 pm. por Guatevisión”. ¿Viajar en tiempos de Pandemia? ¡Sí se puede!