FUERA DE LA CAJA

Comunicación con transparencia

Una de las mayores lecciones que nos deja esta crisis es la importancia de la transparencia y la necesidad de tener líderes que muestren una cara humana, con el aplomo para transmitir que pueden guiarnos sin necesidad de disfrazar sus emociones y que nos demuestren que es normal quebrarse y no tener todas las respuestas. Después de todo nadie había previsto lo que hoy pareciera una ficción pero se ha convertido en una nueva realidad. Lo que menos necesita el mundo en estos momentos son líderes que sigan promoviendo el odio. ¿Es que no se dan cuenta de que encima del miedo y dolor que estamos enfrentando todos, genera una gran presión la necesidad de encontrar culpables antes que soluciones? Rindamos cuentas, sí, pero en estos momentos ese fósforo carente de solidaridad se prende fácilmente para que la gente señale con el dedo y termine apedreando a quienes creemos nos van a contaminar. Lo que se dice es cierto: las crisis sacan lo mejor y lo peor del ser humano. A nadie sorprende las reacciones de muchos de los líderes de las naciones más poderosas del mundo, si así se han comportado siempre. Pero hubiera sido maravilloso conocer otra cara de ellos ante estas dramáticas circunstancias. Después de todo, el mundo no va a volver a ser el mismo, y nosotros tampoco. Tan importante es gestionar una crisis como comunicar correctamente las acciones que se están tomando para aliviarla. Ninguna experiencia en manejo de crisis nos preparó para gestionar esta. La gente espera honestidad, no cifras ni expectativas disfrazadas. Pero la gente necesita también tener esperanza. La comunicación tiene la capacidad de influir tanto en las personas que puede dirigirlas a perseguir a alguien que consideran va a contagiarlas y sentir el derecho de quemarlo vivo; o por el contrario, puede dirigirse a fomentar la solidaridad y a apoyar, por ejemplo, a las personas que están sufriendo en estos momentos de desabastecimiento, como hemos visto que han surgido varios afortunados movimientos; o como hemos tenido nosotros la suerte al descubrir a un líder más humano.

' La próxima vez que alguien diga “hablas como mujer”, lejos de ser insulto será un reconocimiento a eso que necesitamos: claridad y franqueza.

Helena Galindo

En los últimos días han circulado varios artículos relacionados con el correcto manejo en la contención del virus atribuido a cinco líderes mujeres. Alemania, Taiwán, Nueva Zelanda, Noruega y Finlandia han dado lecciones al mundo en la manera en que sus líderes han dirigido la comunicación con transparencia, franqueza y humanidad. En lugar de tonos soberbios e inquisidores discursos, tenemos el ejemplo de Erna Solber, la primera ministra de Noruega, que tiene un programa en la televisión para hablar directamente con los niños y explicarles en su propio idioma por qué es normal sentir miedo. Sí, la primera ministra tiene tanto miedo como nosotros y es un gran alivio saberlo, entender que ella también podría quedar paralizada pero elige tomar las riendas de la situación y proponer soluciones. Mucho se ha debatido acerca de cuál es la diferencia entre los liderazgos de estas mujeres. Creo que se nos han negado las posiciones de poder por tanto tiempo que al obtenerlo tenemos la oportunidad de imponer un nuevo estilo de liderazgo. Lejos del estereotipo masculino del hombre fuerte y poderoso que infunde terror, las mujeres tienen más cancha de mostrar su lado humano. Creo que una de las cosas que el covid-19 también va a cambiar en el mundo es que la próxima vez que alguien diga “hablas como mujer”, lejos de ser insulto va a ser un reconocimiento a eso que necesitamos: claridad y franqueza. Cuando alguien diga “manejas como mujer”, significará que existe otra manera de conducir una nación, lejos de discursos bélicos, con una agenda más humana.

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