CON OTRA MIRADA

Conquista, Colonia y el Bicentenario

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La conquista y colonización del territorio que hoy ocupan parte de Yucatán, Belice y Centroamérica empezó el viernes 12 de febrero de 1524, cuando Pedro de Alvarado y sus huestes, llegados de Tenochtitlán, bajaron la cuesta conocida como de Santa María, irrumpieron en territorio k’iche’ para librar una de las más cruentas batallas en que la superioridad del armamento y el uso de la caballería se impuso ante los combatientes comandados por al menos uno de los señores de la ciudad de Utatlán, identificado más tarde como Tecún Umán, transformado en héroe nacional mediante acuerdo gubernativo de 1960.

' Con distanciamiento social y mascarilla, seguir viendo cómo se gobierna la finca, como en 1821.

José María Magaña Juárez

En ese mismo lugar y año, el 15 de mayo, quedó establecida una pequeña guarnición que se transformó en la primera ciudad —Quezaltenango—, asentada en zakaha, trasladada cuatro años más tarde al sitio de la antigua Xelahuh.

En su recorrido, Alvarado enfrentó al reino kaqchikel en Iximché, donde fundó Santiago de Guatemala, el 25 de julio, dejándola al mando de su hermano Jorge. En 1527, al asumir el cargo de teniente gobernador y debido a las constantes sublevaciones, decidió trasladarse con el pequeño grupo de soldados colonizadores al valle Almolonga, en la falda del volcán Agua.

Un aluvión sepultó la incipiente ciudad la noche del 10Sept1541. Se decidió trasladarla al valle Panchoy. El Cabildo, el 18 de noviembre, ordenó a los vecinos cercar los solares asignados en el nuevo sitio para el día de San Juan, 24 de junio del siguiente año. La ciudad quedó asentada el 10Mzo1543, creciendo y desarrollándose durante los siguientes 230 años, hasta su parcial destrucción, el 29Jul1773, que obligó su nuevo traslado al valle de la Ermita, donde se oficializó el 2En1776.

En 1821, la Capitanía General de Guatemala declaró su independencia de España.

Durante la Conferencia General de la Unesco, celebrada en Oct2009, los Estados Miembros de Argentina, Bolivia, Chile, El Salvador, España, Guatemala, México, Perú y Venezuela invitaron al director general a apoyar la celebración del bicentenario de su proceso de independencia, a partir de 2010. La resolución fue adoptada por unanimidad.

Reafirmaron su compromiso para promover el diálogo, la paz, la diversidad cultural, la salvaguarda de su patrimonio cultural material e inmaterial, las lenguas autóctonas, el medio ambiente, el desarrollo sostenible, la democracia participativa y el respeto a los derechos humanos.

Guatemala propuso hacer un análisis del Estado forjado 200 años atrás, que aún no se consolida como institución rectora de la Nación. Que el tema de la independencia trascendiera los conceptos obsoletos de símbolos patrios, asignaturas escolares y formación cívica que no han creado ciudadanos libres, conscientes de sus deberes y derechos.

Invitó a releer la historia para conocer cómo se transformó el mundo en los últimos 200 años. A reflexionar sobre las lecciones aprendidas, que permita mejorar el presente y poder sentar las bases para construir una nueva Guatemala, próspera y equitativa, en el siglo XXI.

Sin duda, en el lejano 2009, los representantes de Guatemala tuvieron loables propósitos y expectativas que debieron ser programadas y ejecutadas a partir de 2010, según la propuesta ante la Conferencia General de la Unesco.

Llegado el año del bicentenario de la Independencia, nada de eso se hizo y, al parecer, nos tendremos que contentar con izar la bandera a las 6 horas en el parque de algunos pueblos, escuchar discursos vacíos, cantar el himno nacional, “henchidos de patrio ardimiento”, y quemar cohetillos; guardar el distanciamiento social y, con mascarilla, seguir viendo cómo se gobierna la finca, como en 1821.

ESCRITO POR:

José María Magaña

Arquitecto -USAC- / Conservador de Arquitectura -ICCROM-. Residente restauración Catedral Metropolitana y segundo Conservador de La Antigua Guatemala. Cofundador de la figura legal del Centro Histórico de Guatemala.