Se denomina contaminación ambiental a la introducción en el medio natural de agentes de tipo físico, químico y biológico que alteran las condiciones ambientales, provocando efectos dañinos para la salud, el bienestar y la habitabilidad de la vida humana, animal y vegetal. Puede añadirse que los poderes que tratan de ocultar el nexo colectivo entre salud individual y el contexto social debe ser un manifiesto para planificar la ciudad entre bases higiénicas y políticamente progresistas. La batalla contra el covid-19 no solo se libra en las salas de emergencia.

Sufrimos a diario la contaminación de los vehículos, que se divide en dos grandes tipos: A) la contaminación ambiental originada por los gases que expulsan los vehículos de gasolina en el rodaje y otros contaminantes B) la contaminación acústica motivada por el ruido que producen.

Todo esto puede producir alteraciones urbanas y transformar el relieve y la estructura del paisaje, alterando el clima, la fauna y la flora, y su repercusión negativa en los seres humanos. Estas soluciones están dentro de la “nueva realidad poscovid-19”, que va a crear una población que deberá conquistar y defender cada día su propia salud, que será un elemento de cohesión colectiva entre ricos y pobres, en que el tiempo ya no será el mismo, ni horas, días, meses y quizás hasta los años.

Ahora que estoy confinado en mi residencia por el covid-19 tengo que sufrir a diario el paso de grandes camiones de casi más de media cuadra de largo. Camiones que, por su dimensión y peso, producen pequeños sismos al pasar por agujeros viales, lo que está afectando las estructuras de las viviendas, como me han hablado los vecinos. Más industrias en una zona residencial, lo que en materia de planificación urbana demuestra que seguimos muy mal, esperando que la nueva realidad nos traiga nuevos políticos y buenos planificadores urbano-regionales.

Como un ejemplo táctico tenemos: “la propuesta del candidato a la presidencia de USA Joe Biden, que muestra un plan de recuperación económica con proyectos de energía limpia a implementarse en cuatro años. El plan incluye nuevos proyectos de infraestructura; inversiones en coches eléctricos y transporte público de cero emisiones. El fin es eliminar la contaminación del carbono en la generación de energía para el 2035”.

Esta nueva realidad establece que entre las múltiples soluciones pensadas en verde surgen los autos eléctricos, que podrían ser el futuro de esta industria, beneficiando al planeta; vehículos que son pura energía. Los beneficios de rendimiento de los motores eléctricos ofrecen una operación silenciosa y suave, y mayor aceleración, y requieren menos mantenimiento (International Credential Evaluation Service).

La electricidad es una fuente de energía nacional. Los “BE” tienen un rango de conducción más corto que la mayoría de los vehículos convencionales, aunque los rangos de conducción “BE” están mejorando.

La mayoría de los vehículos eléctricos pueden viajar más de cien millas con una carga y algunos pueden viajar más de 200 o 300 millas, según el modelo. Resulta especialmente complicado reconocer el futuro del transporte, el turismo, la moda y otros. Por ejemplo, el teletrabajo será algo habitual, pero si es necesario acudir a la oficina, solo irían unos cuantos, bajo estrictas medidas de seguridad, simbolizadas principalmente por las caretas de plástico y los cubrebocas con los que ahora todos (o por lo menos la mayoría) debemos protegernos el rostro.